martes, 24 de marzo de 2009

CONFESIÓN

CONFESIÓN


Te reencontré revisando viejas fotos
casi olvidé que una vez fuiste pequeña.

Sumisa y callada, caminas a mi lado:
cariñosa prolongación de mi sombra
que viaja, junto a mí,
en un universo paralelo e inaprensible.

Soy un ser superior.
TU ser superior:
ignorante de cuanto te rodea
sordo a los sonidos que te despiertan
perdidos para mí los olores que te guían.

Eres amor, paciencia, compañía
de veinticuatro horas.
Para ti son muchas más:
no corre el tiempo igual para los dos.

Hastiado, me aburro de todo.
Tú te entretienes con las cosas más pequeñas:
una miga en el suelo, una hormiga despistada, una hoja bailando con el viento.
Lo sencillo es relevante.

Soy un ser superior.
Tu ser superior:
la mano que te duele y que te humilla
la voz autoritaria que ordena tu destino.

Sin embargo, no consigo verme reflejado en tu mirada.
Son tus ojos tan impenetrables, tan oscuros.
Es lo que piensas un misterio, el mayor de tus secretos.

Nos observamos, pero no nos entendemos.

Nunca diré te quiero, sé que no lo necesitas.
Tampoco sería sincero.

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