domingo, 26 de abril de 2009

AMIGOS. VIEJOS

AMIGOS. VIEJOS

Conocía a Enricco hace cien años.
Joven, amable, sonrisas.
Disciplinado y leal, siempre atento.

Mis palabras sus órdenes.
Mis sugerencias, su guía.
En simétrica relación: su bienestar
mi tranquilidad.
Mi tranquilidad, la de los dos.

La vida nos hizo desaparecer.
Hasta ayer.

Nada de pelo, pocos dientes.
Barba de abandono, mirada derrotada.
Fustigado por los años y los errores
quiso hablar durante horas.

Le vendí unos minutos.
Mis palabras, compromiso,
evitaron ofrecerle soluciones.
Desesperado buscaba al guía que fui.
Recuperar su bienestar.

En asimétrica relación: olvidé.
Por mi tranquilidad.
Desoí toda alusión, a mí, al ayer.
A su lealtad, disciplina, bien hacer
Y bien mandado.

Rechacé un apretón de manos.
Desprecié todo abrazo.

Conocí a Enricco hace cien años.
Enricco dijo ya no conocerme.

Cuánto hemos cambiado:
él por vencido.

Yo por olvidado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario