jueves, 16 de julio de 2009

CAROLAIN

CAROLAIN


Carolain era una enfermera sin prestigio.
Anoréxica, anosgármica y apática.
Ejercía de funcionaria sin funciones.
¡Qué bajas pasiones!

Casada con un borracho y jugador
trabajaba de portero.
Automático.
También apático.

Carolain se amancillaba con un camionero:
tramposo y aventurero.
Gordo y con poco pelo.

Él se la llevaba por carreteras
caminos, veredas.
Entre pinchazo y pinchazo, se la follaba.
Perdón, la malfollaba.
Da igual, ya he dicho que era anosgármica.

Juntos eran Pin y Pon.
Bonny & Clyde.
El Gordo y el Flaco. La flaca.

Pareja de golpes
De dar golpes
Ridícula. Hacían gracia.

Un día planearon su último asalto.
Sería un gran banco.

Hubo suerte
se estrellaron.
Quedó colgando el camión de un puente.

En un lado Carolain:
atrapada de un tobillo, cabeza abajo
agonizó con las vergüenzas al aire
un largo rato.

Gritando al vacío como una histérica:
lo que era.

Sólo un perro la oyó
Y no se entusiasmó.

En el otro su camionero
Atravesado por un hierro
Murió ensartado como un chorizo.
Asado.
Lo que era.

Los niños les tiraron piedras.
La prensa fotos.
Las moscas pusieron huevos.
Un pájaro les sacó los ojos.

Carolain, y su camionero,
fueron recordados largo tiempo
por toda la ciudad.

Se contaron historias
Escribieron sus grandes hazañas.
Todo patrañas.

Carolain era una vulgar criatura.
Su camionero, un vulgar ladrón.
A veces, sólo algunas veces,
se hace justicia.

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