miércoles, 25 de noviembre de 2009

RENOVATIO



RENOVATIO


Hoy es el primer día del resto de mi vida.
Vaya novedad.

Esa vida, la anterior, acabó ayer.
Cerré la última maleta y la arrojé al mar.
Desde el acantilado más agresivo y alto que encontré.
No quería verla volver.

Caprichos de la marea. Que marea.

Hoy he mirado al sol a los ojos.
Cara a cara.
No sentí que me abrasara.
¿Me habré endurecido con tanto mal nacido?
Y mal nacida. Que siempre se me olvida.

Hoy he dado las últimas brazadas en este océano de amargura.
Y aunque exhausto, arribé a la costa entero.

Conseguí zafarme de arpones y tiburones.
Y tiburonas. Que siempre se me olvida.

Hoy he sellado las tumbas donde enterré todos mis fracasos.

Con once palos preparé unas cruces.
En cada centro clavé al Pato Donald y al resto
de personajes de todos mis tebeos.
Nada era tan importante como para ponerse serio.

Con mi disfraz de chamarilero he montado un rastro
en mitad de la playa.
Curioso, que lo que menos vendo sean toallas.

¡Corazones de plástico!
¡Sonrisas de azúcar!
¡Besos de caramelo!
¡Garrapiñadas de felicidad!
¡Abrazos en carne viva!

Compren, compren damiselas compren.
Aprovechen la oferta especial
A la venta por no usar.

Con los bolsillos llenos
de agradecimientos y afectos
montaré una papelería que sea destilería.

En los papeles destilaré cartas de amor.
Llenaré botellas,
con ellas,
que habré vaciado de un trago.
Y no lanzaré al mar.

Arrojándolas al pozo de los malos deseos
tiraré una cerilla y disfrutaré con el fuego.

Catarsis de renovación.

Y es que no hay nada como la lumbre
para sentirse acompañado.

Nada como el fuego para renacer purificado.

¿Cómo no se me había ocurrido antes?

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