lunes, 1 de marzo de 2010

MEMENTO



MEMENTO


Suelo traslocar lo real con lo soñado.
Lo vivido con aquello imaginado.
Está tan agitado el nido de mi pensamiento
que desorienta los escasos momentos de lucidez que,
a veces, tengo.

Por esto, no sé si fue una nube de la razón
que te encontré sentada, en aquel banco de aquel parque
de aquella tarde de verano.
De aquel largo año de búsqueda por los pliegues del corazón
y las circunvoluciones del cerebro.

Dudo si fue real aquel instante lejano cercano
de paseos por el bosque de las ánimas cansadas.
De visitas al club de los poetas muertos
De asistencia a galerías de soñadores y trotamundos.

Tampoco sé si fuiste tú o fui yo
quien dejó aquel sobre lleno de besos
en la bandeja, quizás de plata quizás de alpaca,
a la salida de este circo de la vida.

Tengo curiosidad por averiguar si existió aquel lugar,
tan pacífico tan hermoso,
donde prometimos perseguirnos, en bata y calcetines a rayas,
por las playas del mar del tiempo.
Revolcándonos las olas de los años.

No está claro si los largos abrazos los he disfrutado
o sólo deseado.

¿Tuya o mía la propuesta de aquel cursillo de desmemoria?
Para olvidar los malos momentos.

Sea quien sea, funcionó:
sólo recuerdo imagino vivo siento,
los buenos.

Y es esto lo que me hace sospechar:
sólo tú estás en ellos.

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