jueves, 20 de mayo de 2010

REPORTER


REPORTER


Interrumpo un dulce sueño.
dulce porque es sueño que sueña contigo
y con desgana salgo del sopor de amanecer.

Abro los ojos a este nuevo mundo y te veo a ti,
amor,
colgado de la pared en una abstracción plástica,
algo mística.
Pienso y pienso en ti. ¿Dónde estás ahora, amor?
Sé que te necesito y aún más que lo haré.
Sé que no estás aquí pero sí que yo estoy ahí.
Siempre contigo.

Deambulo por esta casa
donde juntos vivimos yo y tus recuerdos
enroscados a todo mi ser.
Aún no ha despertado el día y ya te ando buscando.

Vestida para triunfar en la amplia gama monocolor del día
me lanzo al mundo y sus batallas.
Lejos estoy de mi tierra, expoliada.
A su suerte mi familia abandonada.
Abandonada a la mía yo:
suerte la de haberte encontrado.
Fortuna recuperar contigo la ilusión.
Dicha rescatar del fondo del olvido la esperanza y disfrutarla.
Y mientras tanto, espero.
A que vuelvas.

Enfundada en blanco nuclear
hago kilómetros por este hospital.
Rodeada de locos declarados
y locas camufladas en la piel de una vida normal.
Estas las peores.

Pero entre locos y locas, también estás tú:
disparatado, ingenioso. Travieso.
A veces, también furioso.

Me estremecen los recuerdos de los días y las noches
quemadas juntos.
Minuto a minuto, eres tú mi energía.

Llega la noche, espero tu llamada.
No aguanto, lo hago yo.
Con emoción oigo tus palabras de amoroso gruñón.
Quito importancia a lo que parece y sé que no es,
porque debajo estás tú.

Te he echado de menos, como siempre.
Te he querido más: hoy como nunca.
Nunca de más.
Este es mi reporter.

Sin estarlo has estado conmigo cada suspiro del día.
Sólo por eso hoy ha merecido la pena.

Es la soledad un engaño de la mente:
no lo estoy con tu recuerdo a mi lado.

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