domingo, 29 de agosto de 2010

MESÓN


MESÓN


Los ramos de flores en la carretera son siempre siniestros:
en este punto, alguien ha muerto.
Pasamos por encima de la sangre de esas vidas truncadas,
como si nada.
¡Qué nos importa el sufrimiento ajeno si ya vamos sobrados con el propio!
Atendamos nuestras preocupaciones y conflictos,
que cada cual tiene lo suyo.
Y espero que, en este punto, lo tuyo no sea lo mío.

Quisiéramos dar por finalizada esta partida,
pero tan partidos estamos que no queda alternativa:
la ideación suicida.

Acompáñame al palo más alto de este barco. Lancémonos fuera de un salto.
No llegaremos en él a buen puerto.
Al menos, fuera de él, se acabó el tormento.

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