domingo, 3 de abril de 2011

DISISDIEN


DISISDIEN


Morirás entre tanques de keroseno y tarros de pomada para niños.
También niñas.
Morirás entre sacos de cemento e infusiones de manzanilla.
Trabajando inútilmente por una noble causa
o vendiendo pegatinas de la ONG de moda.

Morirás defendiendo a las ballenas, gritando con las grullas.
Cazando focas en la selva, disparando a mariposas en invierno.
Discutiendo con un loro el sentido del hombre y sus ancestros.
Atrapado en la red de un saltamontes tejedor.

Morirás subido a un pino en llamas. Avivando los incendios.
Abriendo el tapón del desagüe del océano más grande.

Morirás corriendo en bicicleta por el fondo de un lago.
Colgando de un avión, arrastrado por un barco.
Arrollado por un tren de juguete.

Morirás de un beso amargo, de una larga caricia.
De un reproche cruel.

Morirás abrazado a un árbol caído. Besando a un sapo princesa.
Mirando cómo duermen los corderos. Dando charla a las abejas.

Morirás tocando música en el metro, pidiendo para un cartón de vino
diciendo que es de leche. Haciendo planes de futuro.

Morirás ahorcado con la tinta del bolígrafo.
Cortándote las venas con la cáscara del plátano.
Haciendo el harakiri con la hogaza de pan blando.

Morirás intentando comprender.
Calculando el logaritmo neperiano del absurdo.
Exponiendo una nueva teoría del Big Bang.

Morirás entonando una balada.
Soldando un banco de madera con las manos.
Pintando con agua helada una acuarela.

Morirás pasando el cepillo de la iglesia.
Reclamando un poco de atención al auditorio.
Ensayando con el coro de la escuela. De la escuela de hípica.

Morirás izando las velas. Besando la bandera.
Jurando lealtad con la biblia por testigo.

Morirás en compañía, morirás solo.
Gritando o en silencio.

Morirás sin sentirlo, morirás sufriendo.
Despacio o en el acto. En el acto de morir que es solo uno.
Pero morirás. Lo sabes. También,
que nadie por ti lo sentirá.

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