domingo, 24 de abril de 2011

LA CAJA MÁGICA



LA CAJA MÁGICA


El grupo de candidatos a la presidencia de la nación
elaboró un plan estratégico para ganar las elecciones en la primera ronda:
pasar todo por alto.

Con el dinero acumulado del tráfico de esclavos,
esclavos con salario vacaciones seguro médico
hipoteca recibos multas facturas impuestos y, esto lo mejor:
convencidos de ser libres aunque esclavos,
se pagaron primas al creciente voto abstemio.
Abstemio por abstención.

De ese golpe de efecto ya se ganó un cuarenta y tres por ciento.
Sin duda, el ciudadano ha aprendido a poner precio a lo que vale,
vale su voto,
y no dar gratis su apoyo pues nada se valora lo que nada cuesta.
Otorguemos justiprecio a la entrega del poder en cuatro manos.
Y no se sabe por cuántos años.

Para quienes no se venden por nada,
dicen,
si bien en estos casos lo que falla es el desajuste
entre el montante de la oferta y la pretensión de la demanda,
se ideó una opción alternativa:
coacción.
De peor imagen pero mucho más barata. Y efectiva.
Ya lo dice el refranero: bala o plata.
Bastaron unas pocas visitas de desconocidos a deshoras
para enfundar las ansias combativas de otro seis por ciento.

Cuarenta y nueve y rozando el éxito.

El otro dos por ciento faltante se dedujo de un repentino y misterioso
episodio de desapariciones colectivo.
Hay quien cree que zarparon a Sudamérica buscando trabajo
otros en China a por familia numerosa
en Nueva Zelanda proximidad
en Europa alegría y juventud
en países comunistas libertad
en África prosperidad.
¿No partieron de África las siete hijas de Eva?
Volvieron pues a las raíces.
Algunos pensamos que están en las raíces,
bajo las raíces de los árboles del bosque.

Llegado el día de autos
la nueva junta de gobierno celebró su victoria
anunciando profundas reformas.
Siempre las reformas son profundas
desde el punto de vista del sujeto reformado: llámese pueblo.

La primera, se acabó ese despropósito llamado democracia.
No más elecciones libres ni más voto cautivo,
que falta sincronía. Solución:
cautiva queda la elección.
No más libertad de prensa. ¿Qué es la prensa sino
una gran mordaza? Libremos al pueblo de esta carga.
Tampoco parece necesaria la libertad de expresión:
el sentir general será el del individuo. ¡Qué mejor conexión!
Toda la ciudadanía estará representada en un solo partido
que gobierne trabajando para el pueblo sin el pueblo.
Nada nuevo, esto es cierto.
Juntos, pueblo y su gobierno, se emplearán sin descanso
retribuciones extraordinarias ni beneficios salariales.
El libre mercado estará sujeto a regulación.
Lo contrario será libertinaje.
No más dividendos empresariales en manos de ejecutivos sin escrúpulos.
Mejor para el pueblo que vayan al partido.
No más clases sociales, con especial atención a las pasivas:
serán eliminadas como piojos
en beneficio de una sola clase productiva.
Se acabó vivir de los demás. Quien no sea rentable está de más.
Los recursos naturales de la nación son.
Y el gobierno único administrador.
Queda nacionalizada toda empresa extranjera.
La nacional ya lo está por definición.
Desaparecen los sindicatos de trabajadores la propiedad privada
las asociaciones de todo tipo, en especial las culturales:
para trabajar mejor la fuerza bruta.
No será este un lugar para aburguesados intelectuales,
vagos y alborotadores. Viciosos del pensamiento libre.
Terroristas de la palabra y proselitistas de la sublevación
voceros de la libertad e instigadores de la igualdad.
Recomendable la adhesión al partido que es también su defensor.
Justo administrador de la propiedad:
repartida en capas de abono sobre las capas sociales.
Todas germinarán en el mismo sustrato. Incluido el misticismo.

En una segunda andanada de cambios necesarios e importantes,
para la nación y el partido,
los vínculos familiares serán reorganizados.
A fin de mejorar la higiene mental de nuestro pueblo,
padres hijos hermanos abuelos serán agrupados por comunidades
generacionales. De labor.
Las relaciones familiares como hoy las entendemos
son enemigas de la productividad y la paz social.
Generadoras de grandes conflictos internos y de lazos
que no son sino un freno para el desarrollo del estado.
Clasificada por categorías de rendimiento
la sociedad será realojada en aldeas de trabajo
y el contacto entre hombres y mujeres vendrá planificado
por un comité de expertos que programarán calendarios
de acuerdo a las necesidades demográficas del país.
Será obligatorio un alumbramiento por pareja fértil
ya preseleccionada. Y el cuidado y la educación de cada hijo,
exclusivo del partido.
Retornarán los progenitores a su labor cuanto antes.
Una nueva generación de hombres y mujeres,
fuertes sanos entrenados, está por llegar.
Y barrerá inmisericorde todas las miserias y vicios de hoy:
artistas poetas escritores homosexuales drogadictos borrachos
enfermos jugadores ladrones vagos maleantes librepensadores
no tienen sitio en nuestra nueva era.
Siendo éstos últimos concentrados en campos especiales de trabajo
intensivo.
Hasta su total recuperación. O muerte.

Queridos conciudadanos, un nuevo régimen vendrá.
Un nuevo tiempo de prosperidad alejado de las falsas esperanzas
de la podrida democracia:
paraíso de demagogos falsarios corruptos y pusilánimes.
De marionetas del poder mediático y económico.

Únete al partido del pueblo.
La hora del verdadero cambio
ha llegado.


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