viernes, 29 de abril de 2011

RONDA


RONDA


Di hoy una vuelta por nuestros bares de cañas
lugares entre especiales y familiares que frecuentábamos
cuando queríamos huir de nosotros mismos
fingir que éramos felices el uno en compañía del otro.

Bebíamos hasta emborracharnos para evadirnos de las preocupaciones
escapar de las ataduras del mundo.
Imaginar que éramos libres
soñar con que nos queríamos y éramos correspondidos.
Pedíamos una ronda tras otra, y el entusiasmo iba en aumento.
Rara vez nos besábamos:
sin duda un aviso al que no estuvimos atentos.
Tanto pensar en proyectos,
descuidando que el más importante debió ser el nuestro.

En uno de los locales me encontré con tu antigua amiga,
la corista. Otra artista, como tú,
de la insinuación y el engaño.
Apenas pudo articular palabra
hasta arriba como estaba de rayas.
No preguntó por ti, ya nadie lo hace.
Saben que te fuiste tras un comediante
que aparentado ser un gran empresario,
del teatro de la vida,
resultó ser un farsante.
Encontraste a tu media naranja, no obstante.
O eso creías, porque resultó ser tu medio pomelo
cuando también a ti te dio camelo.
Aun así, el uno para el otro.

Te habrás enterado de que me he mudado de barrio.
Que ahora vivo en una zona más despejada,
libre de aires viciados y lluvias tormentosas.
Tengo un trabajo nuevo.
Dejé la gasolinera donde tú me metiste,
a aquella le prendí fuego,
y ahora construyo sueños.
Otros los llaman casas.
De momento en ellos la gente vive feliz
Aunque no me hago ilusiones
sé que en cualquier momento
todo se echa a perder.

Yo me he vuelto a casar,
con una mujer hermosa.
De cuerpo y mente.
Aquí sí que tuve suerte.
Tenemos un niño precioso
ese que tú no me diste
porque eras demasiado egoísta
para dar un grito por nadie.
Dice que quiere ser arquitecto.
Los tres somos un equipo perfecto.
¡Tenemos un montón de proyectos!

No te he dicho que ella cura almas.
En esto es la mejor que conozco.
Y sabes que yo no hablo
si no es por experiencia propia.

No fui al funeral de tus padres.
Cuentan que murieron de viejos.
Yo sé que fue asesinato:
tú los mataste de pena y de sufrimiento.
No creo mucho en la justicia
menos si tiene que ser divina
pero merece tu caso excepción.

A mí la vida me dio,
todo,
más de lo que me quitó:
tú.
A ti te quitó,
yo,
más de lo que te dio:
nada.



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