sábado, 26 de mayo de 2012

ENTREVISTA






ENTREVISTA


El periodista hizo una breve semblanza, así lo llamó,
de la persona que tenía en el estudio. De grabación.
Consultando en la wikipedia,
antes llamado archivo, biblioteca o diccionario sin más,
no tan de moda pero más de fiar,
narró una serie de acontecimientos vitales extraordinarios.
Loables y ejemplares para el rebaño de espectadores que,
desde el sudado sofá de sus casas disfruta de programación degenerada.
Al tiempo que afirman que lo suyo son los documentales históricos y científicos.
Nada menos.

El entrevistador, de cierto o incierto renombre,
secuestró el programa con un largo relato de anécdotas
secretos y dispensarios
de personajes anteriormente pasados por su plató.
Citando toda suerte de detalles que los protagonistas no habían querido desvelar en público.
Y confesaron, talonario en mano, en privado.

Para cuando volvió de la ronda de su particular centro universal
el invitado ya se había ido. No importó:
el periodista asumió su papel preponderante y ejerció de ambos.
Hasta hoy, que aún sigue dedicándose preguntas y respuestas
en acalorada conversación. Los gritos siempre empujan a la audiencia.
Hacia arriba

En la wikipedia se puede leer, sin embargo,
que el periodista Rufus De la Abadía
marcó un hito en la historia de la televisión el día que entrevistó al premio Nobel
de ciencia investigación y literatura sumeria,
el fugado del plató.
Incluso hay un vídeo que prueba tal hecho inexistente:
2.000.000 de visitas y subiendo.

La gente no cree lo que ocurre pero sí lo que le cuentan.
¡Supone tanto esfuerzo averiguar la verdad!

Que la verdad no te joda una buena historia.


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