lunes, 23 de julio de 2012

RECONQUISTA


RECONQUISTA


¿Tendrá que ser otra vez Asturias la que nos reubique en el mapa?
Papel donde antes leía españaunagrandelibre.
Hoy son muchas pequeñas presas.

Los mineros antes que nadie han entendido el mensaje
de que esto no se arregla charlando y un buen cafelito en la mesa.
No vale aquí el buen rollito y a la mesa un golpe, si acaso.
De no resultar, a la barricada con ella.
A hacer un buen fuego con gasolina y ruedas.

¡A la carga, a por ellos que son pocos y cobardes!
Y poderosos y fuertes.
Tanto que han conquistado España sin cruzar la frontera.
Bien es cierto que el aliado ya estaba dentro,
para el sucio trabajo de campo ya tenían aquí los títeres:
presidentes y presidentillos, reyes y reyezuelos.
Como se ha visto, todos cacos y pillos.
Cofradía de pescadores que no ha conocido la mar:
lanzan a tierra sus redes. Ahí es donde está el bacalao,
y no hace falta trabajar.
Engáñale al pueblo embobado, saquea sin ningún miramiento,
trinca la pasta y no corras, ¿ves a alguien que te persiga?
Buenas cenas buenas fiestas
champán y langostinos caviar y ostras
vino mujeres y rosas,
¡es el gran despelote!
A por éstos: que son muchos, descarados y ladrones.

Cada uno con su propio ejército
de policías de bolsillo periódicos y televisiones.
A la carga contra estos fantoches
pues haciendo caer a éstos cortamos el poder de los grandes.
¿No veis que son la mano de los que de España sólo conocen
cuánto está de endeudada?

Ha tenido que ser Asturias la que nos despierte del sueño de los idiotas,
dormidos que hemos estado desde que saquearon Marbella.
Se extendió esta infección del atraco hasta llegar al cantábrico
y topó con la bocamina.
¿Será que para estar despierto hay que vivir bajo tierra?
Será que el trabajo duro vuelve también duro al hombre.
Dureza es lo que nos falta:
contra la corrupción, el poder, el saqueo del Estado.

Lo han entendido bien los mineros y no hablan.
Que la lengua es mentirosa y el interlocutor trae carbón dulce
envenenado.
En su lugar, tiran petardos. Y a dar.
Pasó el tiempo de las palabras, es la hora de la desobedicencia.
Civil, y militar.
¡A la carga, a pedradas si hace falta!

Siempre desde la oscuridad se dirige este presidente mimo.
¿No sabéis que es porque a contraluz se ven moverse los hilos?
Dejad que el que los maneja se lo lleve lejos. Sólo será otro muñeco
entre sus muchos trofeos. Alguno,
incluso se lo dio el presidente: Premio al inversor decente.

¡Al ataque! ¡Hay que reconquistarlo todo para rehacerlo de nuevo!
Olvidaros del príncipe de Asturias y poner al frente a un minero.

¿Será que la negrura del carbón, vuelve claras las ideas?

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