domingo, 18 de noviembre de 2012

ENANOS




ENANOS


Mira tú que en el mundo hay personajillos:
algunos graciosos, otros sosos.
Los hay miedosos, solitarios, abandonados. Breves.
Algún menudo varios fantoches muchos capullos.
Que al pasar y a pesar de los años… que no que no.
Que no florecen.
Porque no florecen no se marchitan:
se reconcomen. No viven.
Sólo intoxican.

Arrojan sus furias como la mirada de Esteno.
Destilan venenos como la siniestra de Euryale.
No respiran, contaminan.
La peste bubónica de sus pulmones exhalan.
Que esos de cerca, si les rodean mueran.
Mejor cuanto más daño, más satisfacción a mayor contagio.

Y en el esfuerzo no sudan: sus maldades exudan.
Al caminar no dejan huella: ¡tal es la levedad de su no ser!
Sí dejan trampas: que cuando tú pases, caigas.
Y la rabia les mortifica por su siempre perder:
el concurso de talentos, la maratón de los valientes,
la mujer deseada.
¿Aún no sabes mediocre,
que tu fantasía de mujer se fue con el talento ganador,
el mismo que en la gran maratón, sus brazos alzó?
Ella, infeliz, merecía lo mejor.
No la castigues,
culpa de ello a tu insignificancia.

Observa a estos personajillos, y verás
que no hablan, escupen.
No sonríen, entre dientes murmuran.
No escuchan, sólo se oyen.
No comprenden, mal entienden.
No valen, para nada bueno.
No sirven, sino para estorbar.
No defienden, ni sus ideas.
Que para defender se ha de luchar, y para luchar dar la cara.
Y la cara, cara tienen, pero la esconden.
No vaya a ser, que se la partan.

Mira tú los mediocres cómo abundan,
los envidiosos cómo engordan,
los celos cómo flotan.
También lo hace la mierda, ya descompuesta,
cuando ni los nutrientes conserva.

Mira tú que en el mundo hay mierdas.
Personajillos de mierda que,
como no triunfan, mueren.
Se consumen de rabia no por lo que otros logren,
sino porque la idea de que esos valgan, ya les mata.

Mira tú que en el mundo hay personajillos enanos.
También muchas personajillas.



© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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