martes, 11 de junio de 2013

6ª PÁG. DEL NUEVO PROYECTO LITERARIO



naufragio arrojó a la orilla de mi isla desierta. Sobre las rocas de la cocina, la manzanilla la menta poleo el chocolate las galletas de jengibre las especias de importación los recetarios de cocina el juego de café. Todo caducado o abandonado. Viejas e inútiles pertenencias de alguien que nunca fue mi lebensgefährtin


Inútiles objetos como inútiles los recuerdos que con gusto arrojé a la basura. Nada como una mudanza para descubrir la colección de superficialidades que agrupamos con los años. Despejada esa zona pasé al salón, y entre la fina arena de playa la tormenta desenterró unas libros cuya existencia yo desconocía. Metidos en cajas de cartón yo pensé que eran zapatos de la no señora. Por esto nunca las abrí hasta que las circunstancias desarmaron el tinglado y volvieron todo del revés. Títulos como: Nacida para ser feliz, Búscate un buen amante, Mejor cuanto más lejos, Sé una mujer moderna, Día del orgullo feminista, Despierta que el tiempo pasa, y otra buena docena de panfletos similares se abrieron paso ante mí como una motosierra entre el bambú: a mata rasa. No puedo ocultar que aquel descubrimiento fue una sacudida donde un puñetazo de Mike Tyson se hubiera quedado en nada. Lo que unido a mi enclenque complexión tuvo un efecto comatoso.


Yo que creí saberlo todo de la ausente resultó que quizás lo importante quedara por descubrir. Pero si los títulos eran cuando menos llamativos y bastante tendenciosos, uno destacó sobre todos los demás: “Líbrate de él a cualquier precio, no repares en gastos y házselo pagar”. Toda una declaración de intenciones. Y de guerra.


Ojeándolo descubrí que era la décima edición de una soflama con apenas cien páginas de texto agresivo e incendiario. Un éxito de ventas traducido a veinte idiomas, árabe incluido, y premio de la asociación de mujeres progresistas de Europa. Con semejantes mimbres, qué esperábamos: cestos para llevar agua. En él se podían leer toda una retahíla de consejos tóxicos acerca de cómo abandonar al marido y que pareciese lo contrario para invertir la culpa. Dónde colocar distraídamente los mensajes de texto para ser leídos, dando paso a la fase dos: acusaciones versus derechos e inicio de hostilidades punibles. Medidas de presión psicológica, cómo hacer del chantaje un bisturí, del sexo una humillación, cuándo conviene poner una demanda y cuándo una denuncia, espionaje nocturno por sus papeles y bolsillos, cómo usar el matarratas y que parezca un accidente.









© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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