jueves, 18 de julio de 2013

HABITACIÓN CON HUÉSPEDES


HABITACIÓN CON HUÉSPEDES


Con exquisitez freudiana he habilitado un cuarto para las visitas:
Insonorizado aire a condición zona de reposo luz eléctrica megafonía
evacuatorios ventanilla de intercambios grifo de líquidos espejo de
reflexiones en el techo pared de rompecabezas al frente puerta blindada
resistencia probada a patadas puñetazos golpes y gritos.
Puro trabajo de orfebrería constructiva y obstinación refinada.
Ningún detalle se me escapa.

En él todo he dispuesto para cuando vengan a casa. Mejor de uno en uno
que el cuarto es individual, personalizado al gusto. Ya he dicho:
para reflexionar con intensidad monacal.
Una vez lo enseño, que a toda visita hago la ronda muestreo del hogar,
siempre quieren entrar. La curiosidad
puede ser perjudicial para la salud.

Y ya ellos voluntariamente dentro, los encierro voluntariamente yo.

Creyendo que es una broma ríen.
Después se enfadan, diciendo que es una broma pesada.
Luego gritan, incluso amenazan con ir a la policía, para ello
primero han de salir.
Cuando les entra el pánico, un par de días más tarde día arriba día abajo,
es mi mejor momento. Entonces toman conciencia de la nueva situación:
Sí, es mi habitación del pánico.
De causar pánico.

A partir de ahí siempre lloran.
Grandes pequeños hombres mujeres valientes cobardes chulitos apocados.
Todos en el mismo trance prometen lo que haga falta.
Con los días siempre se ablandan.
Con las semanas, mueren: de hambre.

No he dicho que mi habitación especial de las visitas
tuviera provisión de alimentos.
Para ello es mi ventanilla de intercambios.

Hasta la fecha, nadie ha reconocido sus pecados
ni dicho algo que mereciese un sencillo té con pastas.




 © CHRISTOPHE CARO ALCALDE

No hay comentarios:

Publicar un comentario