domingo, 20 de octubre de 2013

PÉTALOS DE PENSAMIENTO, parte LXX (relato alargándose)



Se levantaron. Charles avanzó en primer lugar, esquivando cuerpos dormidos en el suelo, bancos, bultos, ropa, maletas. Algo que confundió con una mochila se movió y le asustó. Era un niño arrebullado entre abrigos.


-¿Qué pasa?, sigue. –Dijo Fausto en voz baja.

-Nada, nada. Ya voy. Cuidado con eso, es un niño.

-Pues parece un saco de ropa vieja.

-Shish, calla. Nos van a oír.

-Espera un momento, he olvidado algo.

-¿Ahora?

-Vuelvo enseguida. Quédate ahí.


Fausto regresó a su rincón y del petate extrajo la nueva cámara de dieciséis milímetros: una Bell & Howell mejorada para imágenes con poca luz. Tomó un plano general de la escena y retornó junto a Charles.


-¿Qué haces?

-Ya lo ves, filmar.

-¿Y para qué quieres grabar a gente durmiendo? Además, no se ve nada.

-Tú continúa que yo te sigo. Y cerremos esa ventana de una vez que me está poniendo nervioso.

-Très bien, très bien.




© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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