domingo, 29 de junio de 2014

PÉTALOS DE PENSAMIENTO, parte 150 (novela media)



-¡Hijos de puta! ¡Aprovechados! ¿Quién me ha desnudado? ¿Dónde está mi ropa? ¿Dónde está esa loca cabronaaa?

-¡Aquí! ¡Ven a por mí desgraciadaaa!



A ello iba la morena si no fuera porque entre público y tripulación las contuvieron a ambas. No sin esfuerzo pues rodando por el suelo hicieron un buen par de montoneras. En el revuelto unos aprovechan para sobar, y otros para robar. La bolsa de las apuestas de la que inteligentemente se hicieron cargo los chinos, ha desaparecido. Y si bien aún no se ha proclamado vencedora tras el disputado empate técnico, las peleas a bordo se ganan por ko o no se ganan, nadie está dispuesto a perder su aportación. Los italianos acusaron a los chinos éstos a los griegos los griegos a los africanos el africano enano al coreano el coreano al malayo al holandés y éste al capitán, belga y turbio por antonomasia.

El capitán devolvió la atención hacia el pasaje y los viajeros cayeron en la trampa de acusarse mutuamente. Salir corriendo significaba delatarse aunque no hubiera nada que esconder, así que Fausto y Charlotte se hicieron los apaleados. Tirados contra el rincón entre la pared exterior de protección y el camarote número uno, ella no podía permitirse el lujo de participar en una pelea. So pena de ser descubierta en el engaño hombre-mujer


© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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