domingo, 7 de febrero de 2016

ALAS ROTAS



ALAS ROTAS





Haciéndote el hombre cuando aún eras un niño

te tiraste al mundo siguiendo la estela de una cometa.

O quizás un cometa no lo sé ahora muy bien.



Atrás tus padres tus hermanos tus amigos.

Tu viejo barrio tus viejas costumbres tus recientes vicios.

Atrás se quedó esa línea temporal de tu existencia que saltó de carril y página:

nada podrá ser ya como iba a ser pues aquella sí fue una decisión fundamental.



Valeroso te bajaste de un autobús, viejo también, con tu maleta y poco más

que unas monedas en el gabán.

Pues ese era un tiempo en el que los chicos seguían usando prendas de otro tiempo.



Ibas a surcar los cielos ibas directo a ese mundo de las nubes

que oculta el mundo de los hombres. Allá abajo donde mueren más que viven

los mortales.

Ibas a ser magnífico un tipo grande un joven al que las chicas acosaran

un hombre de provecho. Con lustrosa gorra de aviador y pelo en pecho.

Pues ese era un tiempo en que los hombres lucían como tales:

no se vestían de muñecas ni pedían permiso para plantar un par de besos

bien robados.

A las chicas que te acosaran para que fueran en volandas. Y ellas y tú, mi aviador,

contentos.



Ibas. Ibas. Ibas a ser.



Valeroso de corto alcance, apenas dos meses desde tu aterrizaje tierra a tierra

cerca de Plaza Castilla donde te posó o escupió el autobús,

te encontré con la ropa planchada y el corazón arrugado:

te viniste abajo antes de despegar.



El experimento te estalló en la cara como un aerosol en llamas.

Volviste a casa con papás y mamás. Y el caramelo amargo de la derrota

pegado al paladar.

Otro quiebro, ahora mustio, en la línea temporal de las oportunidades

que se te escapó.



Hoy eres, ya sí, un hombre de cierto provecho o mal aprovechado,

o puede que un aprovechado

que sobrevive malamente en el mismo muerto pueblo que lo vio nacer.

Tal vez por esto.



Ya ni en sueños vuelas. Solo te arrastras

como hacemos los demás.







© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

GENERAL RELATIVIDAD





GENERAL RELATIVIDAD






Dos meses ha llovido desde aquella mañana en que,

por hacer de hombre con recursos,

me corté con el filo retorcido de una lata;

sardinas ellas que vivían como tal.



Accidente doméstico.



Las yemas sangran más de lo que tienen,

y como un cerdo, a cada uno lo suyo,

goteé desde el fregadero hasta el lavabo dejando huella

de que no albergo sangre azul en mi interior.

Es lo que hay.

Y qué: un drama para contar aquel suceso que comenzó entre sardinas

y acabó con las toallas. Tirándolas. Ganaron ellas, las sardinas:

me rendí.



Cuarenta y un días ha estado saliendo el sol inagotable,

desde que en una noche sin sol ni luna arremetí contra un zorro.

O zorra, no pude verlo ni verla. Obvio: sin luz… La carretera.

Es lo que trae.

Traíame yo desde La Alcudia a La Alcarria, pero no me llevé a ninguna parte.

El zorro, o la zorra, interceptó mi paragolpes mi delantera mi rueda izquierda.

Intercepté a su vez la cuneta del lado enemigo, o contrario.

Un árbol de especie a todas luces y sombras desconocida

me interceptó a su vez.

Y qué: una tragedia.

Adiós a mi carrera deportiva entre comarcales.



Accidente de tráfico.



Dos costillas y una nariz rotas me dejaron a la postre

más postrado de lo que hubiera querido.



No tanto como estoy desde hace tan sólo ciento sesenta y dos horas.

Que las cuento, no vayas a pensar lo que no es.

Otro episodio memorable:



Accidente Cerebro Vascular.



Con un nombre entre el drama la tragedia o el mutismo,

miro el techo de la habitación desde aquel día.

Y qué: nada puedo hacer.



Salvo pensar en que a mis accidentes anteriores

hoy los llamo anécdotas

que ya me gustaría repetir.







© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

jueves, 4 de febrero de 2016

LAS 3 MENTIRAS 3



LAS TRES MENTIRAS TRES






¡Y tú que decías que todos eran lo mismo!


Ya ves que no.





Los había    A.S.Í.


Los había   A.S.A.O.





Y     A.H.O.R.A. los hay,


de   R.E.Q.U.I.S.A.O.

© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

POLTERGEIST



POLTERGEIST





Ya están aquííííííííííííííííííííííííiiiiiiiiiiiiii……………

Ya han llegado. Como nieve de ondas a través del televisor.



Abierta la puerta por los indignados se han colado hasta la cocina.

Van a zamparse lo que haya en tu nevera antes de limpiar la casa.

Con la escoba de mimbre humilde van a dejarte fuera.



Es el nuevo motor del cambio. El humeante motor Trabant

con olor a aceite rancio y escupitajos de grasa quemada

que apesta las calles donde antes se levantaron las barricadas.

-Adoquines contra la policía de entonces besos en su boca hoy.-

Y con la misma chapa de hojalata Trabant van a construir chabolas:

soluciones habitacionales que quieren llamarlas casas.

Es un comienzo para los afectados, los damnificados, los engullidos

por los tiburones de una crisis de valores.

De valores bursátiles.



Pero volvamos a casa, a tu nueva favela.

Donde en el saloncito de tierra se han instalado estos mesías salvapatrias.

Los que harán de la masa obrera sin empleo ni oportunidades

una mesa de negociaciones: lo que no sea choza es riqueza.

En consecuencia hay que repartirla. Consecuentemente.



En tu pocilga de maderas viejas están los nuevos ideólogos

con ideas de más de cien años fracasada en cualquier escenario.

Ni siquiera Un Régimen Dos Sistemas será una opción verosímil:

demasiado consumismo involuntario. E insolente.

Hay que volver a lo cavernario: necesario para sustituir al régimen.



De tu pared han arrancado dos pósteres. En uno el tipo se parecía al rey

y en otro la cruz, roja, era una cruz al fin.

Te has salvado de la expulsión de tu caseta por roja. Pero las cruces

los curas la iglesia son todos la misma cosa: el demonio vestido de sotana.

A la hoguera con ellos.

A esto el diablo ha de estar acostumbrado.

Renacida será la inquisición con disfraz y oficios de nueva política.



En su lugar han puesto dos retratos: uno de Lenin el otro de Pol Pot.

Ambos color rojo-comunista-sangre uno aparece en un mitin, el otro…

El otro también.

Con esta inspiración tus iluminados van a reformar el estado.

Expulsados los que lo saquearon, ahora ellos van a arrebatarlo.

Por la fuerza de la sonrisas y el poder de la seducción.

Hoy.

Después llegará el de las armas si lo anterior te cansara.

O no bastara como solución.



Ya están Ya están aquííííííííííííííííííííííííiiiiiiiiiiiiii.

Sí.

En tu casa porque los has invitado y en la mía por lo contrario.



Vamos a ser todos hermanos mi hermano.

Todos pobres mi pobre todos parias mi paria todos iguales;

por abajo.

Vamos a sonreír con ilusión un tiempo como estúpidos el resto.

De nuestra proletaria vida.

Vamos a sonreír para no ser fusilados, so imbécil.

Como tu amigo el melenudo de los dientes en rompan filas.

-Ahora tiene a la policía al mando; esa a la que arrojaba adoquines.-

A fingir despiste como el niño con cara de pez globo:

veneno que escondo dentro para aniquilaros a todos,

a nada que os dé por poneros tontos.

A amamantar lobos como la histriónica mamá novata,

que con rostro de novicia santa muestra al mundo su primer lactante.

Sí, ella es la única. Quiere ser la Primera Dama, a la que llamemos Mama.

Su hijo Rómulo Remo será el primero de todos en todo.

Quizás un Calígula para una futura penuria canícula.

Otro viejo tiempo nuevo lleno de oportunidades para futuros oportunistas.



Vamos a imitar a los gobernantes noveles por la cuenta que nos trae.



Pero ahora no protestes nada reclames no te lamentes.

¿No fuiste tú quien los llamaste?



Vamos, vamos so imbécil.

Por si acaso ve tú delante.



Si quieres, llámame cobarde.

Ya lo contaré más tarde.





© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

miércoles, 3 de febrero de 2016

CONTRA LA PARED. Y AMÉN


CONTRA LA PARED. Y AMÉN





Defraudado como un niño el día de reyes sin reinas,

miras, sí tú también, los estúpidos juguetes

que tras años de compras impulsivas y tarjeta rápida

has acumulado en el trastero de la memoria. O del olvido.

Y lo que empezó como un juego de burlesque a los tiernos vacíos del momento

acabó siendo otra forma para huir de aquel tiempo.



Has llenado cofres cajones baúles armarios y trasteros

de objetos inútiles y recuerdos falsos,

de ilusiones efímeras y proyectos imposibles

con las que ir tirando ahora no ahora tampoco.



Has acumulado como un Diógenes bipolar retazos de tu vida

ahora sí ahora también hecha pedazos.

Sería mañana siempre el día para arreglar tus platos rotos.

-Añicos entre despojos y escombros-.

Siempre a mañana le sigue otro mañana.

Pero el momento es hoy ahora, ¡salta!



Salta por la ventana y pon remedio a este estropicio

que unos llaman biografía y otros,

los barbudos del sombrero y las limpias rastas



Muro de Lágrimas.







© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

PERTENENCIAS

PERTENENCIAS





La destrucción de los recursos destruibles.

El desmantelamiento de las clases con mantel.

El deshilachado del tejido industrial antes de pasarle los hilvanes.

La canonización prosopopéyica de los ateos.

El popular clamor de los más impopulares.

El amor a las causas, a las clases, perdidas.

El amargo despertar de los sonámbulos.

El definitivo adiós de los amantes sin pasión.

La distancia de seguridad en las segundas oportunidades.

El insoportable sopor de los inútiles.

La exasperante torpeza de los torpes.

La sonrisa desdentada de las fulanas.

La cartera llena y el corazón vacío de los puteros.

La llamada a la revolución por los iluminados.

El ciego seguimiento de los estúpidos.

La sangre en las calles de los pobres.

La amarga noche de la guerra.

La cómoda sordera de quienes juegan con ella.

El hambre, siempre el hambre, de la postguerra.

La mentira necesaria la verdad involuntaria la compasión interesada

la indiferencia de quien no padece y del superviviente.

Los días sin fin las semanas eternas los años perpetuos.

La cárcel de los culpables y la pena de los inocentes.

El teatro rápido y falso de un juicio justo.

La pantomima de las leyes efímeras.

El amor que te tengo o el que perdí.

El amor que me tienes o el que no fue.



El día que nos marchamos, de aquí, con todo esto y por lo anterior,

para no volver.

Y no sentir.






© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

NADA EN EL TINTERO






NADA EN EL TINTERO





Y en casa de Justo y Justa entró la decadencia como se cuelan los fantasmas:

sigilosos sin avisar es tarde para protestar.

Él, hombre trabajador y cabal.

Ella, mujer trabajadora en su casa y cabal.

Ambos un tándem de lucha hasta quedar sin resuello.

Los dos un equipo imbatible un dúo ejemplar una pareja de envidia.

Un guion de ensueño.



Un final sin justicia:

a ella se le fue la razón con la edad.

Quien siempre poseyó razón

desde hace algún tiempo no la tuvo más nunca.

A él le robó la ilusión una banda. De calamidades.



Que si por esto o aquello se fueron a la mierda los dos.

Sin nadie que les atienda viven entre doce paredes de papel pintado

y orines de viejo.

Sábanas amarillas toallas ásperas comida rancia de lata,

para perros de lata.

Joyas de otro tiempo que robará la familia;

cartillas de banco con ahorros y esfuerzo de toda una vida,

que derrochará la familia.



Como hienas se las disputarán a mordiscos de envidia.

Como buitres esperan a que se mueran.

Esto para mí, eso…. Eso también.

Y aquello y lo otro quita de ahí que recuerdo la Justa

lo dejó a mi nombre.

Por aquí lo tengo anotado, tal vez… en un calendario.



En casa de Justa y Justo se coló una pluma con tinta la justa

para las últimas letras del último párrafo.

Del último capítulo de su larga vida contable.

Contable respetable narrable.

En la puerta de entrada, esto dejaron escrito:



“Queridos vuestros y vuestras que saquearéis la casa como bandidos

antes de habernos enterrado,

podéis iros, todos,
y todas,
a tomar por saco. ”







© CHRISTOPHE CARO ALCALDE