lunes, 25 de abril de 2016

EL PENSADOR



EL PENSADOR








Ya no meditamos como antes los labriegos

ante un buen fuego en una vieja barraca y algún trozo

de pan con tocino viejo.



Una taza de achicoria con migajas de café para después.

Un pitillo mal ardiendo de tabaco negro en la boca.

Para los tragos largos de bota.



Unas manos con callos unas uñas rotas unos pies con sabañones.

Una espalda cansada una desesperanza en llamas.

Una tierra áspera que no produce lo que cuesta unos pocos animales de granja.

Que morirán a cuchillo para mal llenarnos la panza.

Una vieja siempre vestida de luto por un primo un padre un hermano.

Una alegría arpía por el marido muerto.

Unas ventanas sin visillos pues nada hay que espiar fuera ni dentro.

Solo los grillos dan conversación en verano.



Un reloj de cuerda como un metrónomo marcando

cada tarea del día:

cada suspiro cada angustia cada silencio cada lamento.

Cada gemido sofocado cada gritado tormento.



Cada paso que damos en esta vida de ausencias y pocas creencias:

si acaso en un solo dios malo.

Malo con furia y rencor malo con saña y ojeriza malo más malo que el diablo.



Trabajo desesperación y muerte son los regalos que

sea navidad o santiago

siempre tenemos presentes.



Ya no meditamos como antes los labriegos pues nada es nuevo ni distinto

a lo de siempre.

Y no da más para pensar.







© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

No hay comentarios:

Publicar un comentario