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miércoles, 29 de septiembre de 2010
VISITA
VISITA
Han llamado a mis puertas los enemigos del pueblo:
han venido a llevárselo todo. Incluso lo que no tengo:
fortuna hijos esposa.
Mejor en orden inverso.
Felicidad, esperanza y paz:
esto lo que más lamento.
La esposa en un ataúd:
ya estaba muerta hace tiempo. De pena.
Los hijos en un baúl:
para cruzar la frontera y encuentren una vida mejor.
La fortuna en una cartera:
no da para más esta hacienda.
La felicidad la esperanza y la paz.
Juntas en una mochila:
hacía años que su ausencia me pesaba como piedras.
He abierto la puerta a los enemigos del pueblo.
Ayudado a cargar los paquetes.
Una botella de vodka les he dado para el camino:
agradecido que estoy.
De puro llevárselo todo, y quedarme con lo puesto,
puedo decir aliviado, que hoy soy un hombre nuevo.
Si fue una errata este pasado, mejor corregirlo rápido.
Y nunca, nunca, dar fe de lo ocurrido.
LOTS OF THINGS
LOTS OF THINGS
Tu guitarra, su voz.
Los viajes por el desierto haciendo desierto.
La cárcel o el exilio. Tal vez el autoexilio.
Los siglos en el espacio. La soledad y el silencio.
Los momentos en que no te siento
los mejores porque no los duelo.
Todos los que han venido
y otros que ya se han ido.
El mar, al fondo el mar. En el fondo del mar.
Los gritos de los ahogados.
La oscuridad que amenaza
la luz que los fantasmas espanta.
Los espantapájaros con los que vivimos
comemos, reímos, lloramos.
La quintaesencia de lo que no tiene sustancia
ni mérito ni propósito.
La gente idiota que como idiotas vive y muere.
Y mira que te lo dije:
no vayamos a ese lugar que no hay bondad ni verdad.
Perdidos todos en un bucle de mediocridad.
Mira que me lo dije:
no vayas a elegir mal la compañía de este viaje.
Largo es el camino, pero más largo según quien contigo vaya.
A la postre todo nos sobra.
Tú yo sobramos todos.
Aquí no hay esperanza para nadie. Deja de fingir que eres feliz.
Si eres fiel a la verdad, pronto te querrás marchar.
Quítate de en medio, es el atajo más rápido.
No hay música sin tu guitarra. Y no sacudas la cabeza:
te la cortaron.
Tampoco tendría sentido decirte que no la pierdas.
La cabeza.
jueves, 16 de septiembre de 2010
POSADA
POSADA
He preparado una habitación
Para cuando vengas a verme.
Será la de huéspedes. Sólo VIP. Sabes que soy exigente.
La he dejado sin puerta, para no tener que llamar.
Y así saltarme la ley.
Que sea mi allanamiento, de tu morada, legal.
Legal consentida y nada casual.
Con el sentido de hacernos perder el sentido.
El discernimiento. Si es necesario, también la moral.
Tiene vistas al campo. A unos montes lejanos.
Aunque mirando nosotros al techo y al suelo,
aquellos no los veamos.
Al suelo al techo las paredes. También algún mueble.
Especialmente una silla Luis XVI:
la erótica de la ergonomía.
La anatomía en raíz de caoba.
Juntos piel y venas, madera y vetas. Tótum sin ser revolútum.
Te he preparado una habitación, sin puerta,
pero finas sábanas. Buena cama.
Creo que te traes la almohada. Tampoco es que hiciera falta:
no pondrás en ella la cara. Salvo para morderla.
Después de que yo te muerda.
Ya sabes, para aliviar la tensión.
Esta tensión sexual no resuelta.
Resolvamos pues este largo conflicto.
No demores la visita, mejor que sea cuanto antes:
si a los problemas hay que plantarles cara,
nosotros les daremos cuerpo.
Y entre cuerpo y cuerpo pasaremos la noche despiertos.
Amaneceremos con vistas al campo, a sus montes lejanos.
Después de todo este tiempo,
de reprimir el deseo con besos en la mejilla,
al borde mismo de la orilla
de tu boca.
esta vez sí, y de verdad, hemos estado cercanos.
No recordaremos si nos amamos,
ni falta que a estas alturas nos hace.
Sólo que de verdad,
y de envidia, disfrutamos.
Y ya que hablamos de fruta,
no sé a qué esperamos tanto. Si ésta,
por ser nuestra,
no nos estaba prohibida.
JAPINES
JAPINES
Quedan sostenidas en el aire las notas de tus últimos suspiros.
Éxtasis culminante a setenta y dos horas de detención,
no sé si legal, por un abrazo sin final.
Dulce es el olor de tu sonrisa en guardia de alivio permanente.
No será la última que vea oiga sienta, de ti.
Yo que la quimera de la felicidad siempre soñé distante
y viví lejana.
Que el disfrute de lo sencillo
me pareció un engaño del pensamiento complicado.
Que la alegría no era un presente del presente,
menos aún un regalo no abierto del pasado.
Yo que viví mal viví y morí por la mala compañía.
Negándome a todo cambio tal vez por resignación.
Tal vez por miedo. La costumbre de la mala costumbre.
Tal vez por desencanto. El engaño del desengaño.
Descubrí en ti cuanto estaba equivocado:
posible es el cambio.
posible deseable indispensable.
Para no seguir muriendo de infelicidad.
Para no seguir huyendo de casa en busca de paz.
Yo que creía que la partida estaba ya perdida,
no queriendo más cartas marcadas por la amargura y la tristeza.
Que me perdía por angostos caminos con la desesperación del refugiado.
Que mirando atrás me preguntaba si querría repetir las decisiones importantes:
trabajo vocación esposa. Y siempre respondí que no.
Que por esto parecía la vida un fracaso tal vez sin solución.
Ni capacidad de reacción.
Hasta que un día el egoísmo sin fronteras
me empujó a tomar una decisión inesperada:
vuela en solitario.
Libre de cargas y pesos que te hunden como plomo.
Y como peso muerto ahogándome en el cuerpo de un hombre atormentado.
Lleno de dolor rasgué con un cuchillo aquella piel de moribundo
sólo alimentado con suero de lágrimas.
Y me arrojé al vacío para descubrir que no estaba vacío.
Por ti.
Floté en la ingravidez de tu ilusión,
guiado fui en la tormenta por la luz de tu sonrisa y el eco de tu voz.
Repitiéndose hasta despejar todas las nubes.
Nubes de dudas entre reflejos dorados de perplejidad.
¿Será verdad que la felicidad existe?
Será, y es. Dijiste.
NO ANSWER
NO ANSWER
Trato de adivinar qué fue lo que hice no hice o deshice.
Qué lo que dije no dije o maldije.
Si alguna vez callé o grité debiendo hacer lo contrario.
Si tuvo todo que ser al revés del revés de como crees que es.
Me pregunto cuándo fue el momento,
si es que hubo un momento o fueron un ciento,
que encendí en tu corazón la llama,
del desprecio.
La razón o miles de ellas que produjeron el cambio,
físico químico anímico,
que hizo de tu amor odio.
Y si alguna vez hubo amor verdadero no acomodado.
Si existió un lugar,
en tierra aire o ultramar,
donde mi presencia se hizo rechazo.
Puede que motivo de asco.
Me pregunto y no me respondo.
No quiero dejarme abrasar por la erupción de tu paranoia,
que tanto ha secado los campos y contaminado las aguas.
Quiero saber y a la vez no saber.
Para no perder el tiempo.
Sin duda hoy estoy más vacío, pero menos infeliz.
Ya habrás descubierto que en la maleta de tus pertenencias,
entre papeles mojados, billetes individuales de ida y falsas promesas,
también metí tus insultos, desprecios y mil tipos de ofensas.
Todas te las devuelvo, que sin ellas ahora viajo solo,
pero bastante más ligero.
Largo es el viaje, muchos los inconvenientes.
Seguramente, algún accidente. Pero lo es para todos.
Y en este equipo, yo era el todo terreno.
Que encuentres pronto la paz,
aunque sólo sea,
para que me dejes en paz.
jueves, 2 de septiembre de 2010
ACCIONES
ACCIONES
Si el capital determina las superestructuras
Si el poder económico es el verdadero poder
cómo escapar del lugar donde todo es comprar y vender.
Donde la escala de valores es medida en doblones:
de sal o de seda. De cobre plata bronce.
Oro.
Oro que ahora se ha vuelto papel
fino adornado viajero.
No te medirán por lo que mides,
sino por cuánto mide lo que tienes.
No te juzgarán por lo que hiciste,
sino por cuánto pudiste pagar por defenderte.
Te recordarán, ¡te querrán!, por tus grandes donaciones.
Aunque sea tu fortuna hecha con dinero de sangre.
Construye una iglesia o una escuela y tendrás el monumento
que otros merecen.
Harás historia siempre que puedas pagarla
Porque también es la historia un valor que se compra.
Si puede ser a la baja.
Invierte en desvalores, en malas acciones.
Rechaza los bonos del decoro:
saben los expertos que nunca fue éste un producto al alza.
Déjalo para aficionados y no iniciados.
Diversifica tu paquete de acciones adquiriendo bajas pasiones
traiciones y derivados.
Nunca pierden mercado.
Crea tú la demanda, que todos sepan quién manda.
Descarta solidarias y voluntariados.
Las primeras por parasitarias.
Los segundos por ser, de los buenos negocios, el peor aliado.
No dudes con trata de blancas, amarillas o negras.
Hachís, cocaína, venta de esclavos.
También dejan buenas propinas.
Pero si de verdad quieres ver tu dinero crecer
Trafica con armas, logística de conflictos y diseño de guerras.
Aquí sí que encontrarás competencia, por ser éste,
un mercado institucionalizado.
No repares en la sangre que por el camino dejas,
que si haces buena fortuna, te habrás garantizado la gloria.
Y tendrás un trono en la historia.
Ni amor ni política ni jueces ni papas.
No hay más poder que el poder del dinero.
Y si eres de los que esto niegan,
será porque no tienes un céntimo.
El autoengaño es tu consuelo.
Si el capital determina las superestructuras
Si el poder económico es el verdadero poder
cómo escapar del lugar donde todo es comprar y vender.
Donde la escala de valores es medida en doblones:
de sal o de seda. De cobre plata bronce.
Oro.
Oro que ahora se ha vuelto papel
fino adornado viajero.
No te medirán por lo que mides,
sino por cuánto mide lo que tienes.
No te juzgarán por lo que hiciste,
sino por cuánto pudiste pagar por defenderte.
Te recordarán, ¡te querrán!, por tus grandes donaciones.
Aunque sea tu fortuna hecha con dinero de sangre.
Construye una iglesia o una escuela y tendrás el monumento
que otros merecen.
Harás historia siempre que puedas pagarla
Porque también es la historia un valor que se compra.
Si puede ser a la baja.
Invierte en desvalores, en malas acciones.
Rechaza los bonos del decoro:
saben los expertos que nunca fue éste un producto al alza.
Déjalo para aficionados y no iniciados.
Diversifica tu paquete de acciones adquiriendo bajas pasiones
traiciones y derivados.
Nunca pierden mercado.
Crea tú la demanda, que todos sepan quién manda.
Descarta solidarias y voluntariados.
Las primeras por parasitarias.
Los segundos por ser, de los buenos negocios, el peor aliado.
No dudes con trata de blancas, amarillas o negras.
Hachís, cocaína, venta de esclavos.
También dejan buenas propinas.
Pero si de verdad quieres ver tu dinero crecer
Trafica con armas, logística de conflictos y diseño de guerras.
Aquí sí que encontrarás competencia, por ser éste,
un mercado institucionalizado.
No repares en la sangre que por el camino dejas,
que si haces buena fortuna, te habrás garantizado la gloria.
Y tendrás un trono en la historia.
Ni amor ni política ni jueces ni papas.
No hay más poder que el poder del dinero.
Y si eres de los que esto niegan,
será porque no tienes un céntimo.
El autoengaño es tu consuelo.
FRUTOS DEL BOSQUE
FRUTOS DEL BOSQUE
Retirado a esta vida de asceta:
sin hablar ni discutir ni gritar,
a un bosque de robles castaños acebos y fresnos he venido a vivir.
Anticipadamente he puesto punto final
a mis desventuras en el desgobierno:
inútilmente sufriendo por una empresa que no tiene futuro.
Tan sólo un amargo pasado de disputas y guerras internas.
De rencillas por nada que son heredadas.
No lo llames huir, no estarás en lo cierto.
Llámalo, sólo, vivir.
Aquí de las ramas no cuelgan fantoches.
Ni hijos de puta ni putas.
Sólo hojas bellotas castañas.
Guardaré las primeras para encenderme la lumbre.
Mis cerdos comerán las bellotas antes de que yo me los coma acompañados,
de castañas.
Espero en este lugar de reposo encontrar la paz que nos falta.
Tal vez las respuestas por las que hice el camino.
Y todo lo que hice y por qué para qué.
Qué objetivo persigo.
Aunque dudo encontrar, siquiera, el objetivo,
la razón de las cosas.
Y si alguna vez yo tuve razón.
Se llevó el viento los compromisos adquiridos.
Deslavazó la lluvia los apretones de manos,
los abrazos fueron un chasco.
Por esto, de chasco en chasco y de charco en charco he llegado a este lugar.
A mi reino.
De soledad.
Donde nadie me miente me falla me engaña.
Nadie me insulta conspira se burla.
Lo que ves es lo que hay. Lo poco que hay.
Pero al menos es cierto.
Baja en ocasiones la fauna del monte:
las ardillas que siempre se van por las ramas,
los rebecos haciéndose eco,
algún alimoche buscando ratones. A veces, de noche.
Me mantengo con lo poco que como y que duermo.
Paso los días de guarida en guarida.
Teniendo siempre despejada una secreta salida.
Para la huida.
Quién sabe si hasta aquí llegarán también enemigos disfrazados de amigos.
Si huyendo de la traición y mentira me encuentro más de los mismo.
Nadie en quien poder confiar,
nadie con quien poder conversar sin temer qué contará.
Las habladurías calumnias y sonrisas fingidas hicieron de mí un escéptico.
Cruzando la raya de la desconfianza perpetua.
Viejo me hice, pues, sin pretenderlo antes de tiempo.
Hoy, cuando quiero adivinar qué hay en todo de cierto,
sólo tengo que mirar a los ojos,
de los animales.
Que salen del bosque a mi encuentro.
Compartimos sin lucha este espacio en el que no hay fortuna ni gloria.
Ni pena ni trampas de la mala memoria.
Muchas son las semanas que no hablo con nadie. Y he averiguado,
con orgullo y alivio, pues ya no tiene remedio,
que ni puta falta que hace.
NAPOLEÓN
NAPOLEÓN
Soñé ayer que a mi lado dormías.
Que aunque no me abrazabas, ni nada,
parecías querer robarme mi sueño.
Sueño que te estoy soñando, es un sueño eterno.
Inmutable al paso arrastrado del tiempo.
Del tiempo desalmado imparable.
Otra persona ocupaba tu cuerpo. Una desconocida hablaba por ti.
Hablaba actuaba se atormentaba.
Tal vez porque no era su sueño. Ni la dueña ni el centro.
Han parado a tu paso los trenes,
para evitar el conflicto.
Atracado los barcos, para que elijas el que te lleve a tu reino.
Aquel donde te aguardan esclavos y pocas sirvientas:
sólo las mudas y muy masculinas.
Preclaros tratan de resolverte el enigma:
cómo es posible llenarte, ¡de vacío!
Has roto todas las leyes de física.
Quizás porque sólo era un sueño,
aunque no fueras la prota ni el centro.
Estudiosos han querido mirarte por dentro:
has anulado otra ley metafísica,
porque has conseguido que vieran, ¡la oscuridad!
Y si entre mirarte o besarte pudiera elegir,
elegiría no verte.
Ni siquiera en un sueño al que sin llamar te has colado.
Napoleón era un gran estratega:
contra las mujeres las batallas se ganan,
en retirada.
Seguiré yo soñando mis sueños.
Sigue tú imaginando los tuyos.
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