jueves, 28 de agosto de 2014

SAY SO, SO!

SAY SO.SO!




No digas No. Say maybe.

Say perhaps cuando debas decir sí.



Guárdate la ambigüedad como defensa.

Es la sinceridad cosa de niños.

La transparencia cosa de valientes.

Y ya se sabe qué les pasa a los valientes:

pocos van a las estatuas. La mayoría acaban en las fosas.

Con su manta de cal viva vertida después no para arropar;

sí a rematar.



No digas que fuiste tú, di que pasabas por allí si te atrapan en la escena.

Del crimen.

Para los demás casos, niégalo todo. Puestos a negar

niégate tú.

Say I don´t know Say ain´t nothing at all.

Say I´ve to go!



Sonríe a tu vecino cuando se acerque. Vigila tu espalda cuando marche.

Sé amable si es necesario, y necesario es cuando debas pedir algo.

Para el resto de los casos, no seas nada. Be, nothing at all.



Puestos a ser algo, sé invisible. Volátil efervescente.

Vuela de aquí de allí de donde estés.

No ocupes aceras ni calles. Ni caminos ni veredas ni

te ocupes tú.

Sé nada, no te identifiques con nada. Para poder serlo todo

según convenga la mañana. Según venga el día.

Según esto y lo otro. Según…



No digas: ¡Eh! Te contestarán:

¡Y a mí qué!



Say So, So.






© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

domingo, 24 de agosto de 2014

60 MOONS

60 MOONS


Ahora que tras sixty moons,
llenas y completas de estar juntos,
a la espera de otra luna nueva estamos  
que ilumine y ahuyente la larga noche gruesa de donde salimos
a mordiscos de lobo empujados por el destino,
a veces cruel, con desatino, otras con tino.

Ahora que tras sixty moons remando al viento
a favor o sin él, a corriente y contracorriente,
a golpe de rabia de ganas de ilusión de mala leche  
contra el mundo que no nos deja que es hostil que nos persigue  
que nos envidia a veces al que damos esquinazo siempre
que no caímos en sus trampas para osos y lobas
que evitando vamos sus dolores males y cargas.

Ahora que pasaron sixty moons como pasa una nube, como se va el día.
Como se agota un suspiro, tras otro y otro y otro que sesenta lunas no son nada
que es sólo el comienzo,
luminoso abierto esperanzador de cada jornada.
Que armando a golpe de tesón o mazo, según los casos,
este nuevo andamiaje vamos
para levantar la torre desde la que gritar al mundo podamos
y decir: ¡Eh, vosotros, los de ahí! ¡Estamos aquí!
¿Es que no nos veis?

Y sacar las cartas, esos ases que siempre guardamos en la bocamanga
esa tinta de oro para escribir palabras
con que mostrar a otros, a todos, que no estamos aquí sólo para mirarlos
ni siquiera para mirarnos,
que aún queda por definir nuestro lugar, sí, en este mundo.
Que no hemos llegado al final del camino que nos queda mucho por andar,
y por contar.
Por mostrar por enseñar.

Ahora que tras sixty moons al comienzo de otro giro brusco estamos.
Otro quiebro otro requiebro inesperado en el libro, novela larga sin dramas
que vamos escribiendo, con tinta de oro ya lo he dicho. 
Que accionamos el gatillo que disparará los cambios, ahora sí, ahora al fin
debo reconocer, y quizás sí o sin quizás entonar algún mea culpa,  
tal vez así deba ser,
por todos los pisotones en este baile que te di
por los tropiezos que sin querer provoqué
por mi prisa en cambiar de danza,
pues quién sino tú y sólo tú,
puede escuchar y saber interpretar
mis feas caras mis exabruptos
mis errores que son muchos.

Ahora que sesenta moons se fueron como nada
pero donde todo pasara
sólo ansío saber,
me puede la prisa la curiosidad al anticipación,
qué vendrá después
de otras sesenta.





© CHRISTOPHE CARO ALCALDE