60 MOONS
Ahora que tras sixty
moons,
llenas y completas de
estar juntos,
a la espera de otra
luna nueva estamos
que ilumine y ahuyente
la larga noche gruesa de donde salimos
a mordiscos de lobo
empujados por el destino,
a veces cruel, con
desatino, otras con tino.
Ahora que tras sixty
moons remando al viento
a favor o sin él, a
corriente y contracorriente,
a golpe de rabia de
ganas de ilusión de mala leche
contra el mundo que no
nos deja que es hostil que nos persigue
que nos envidia a veces
al que damos esquinazo siempre
que no caímos en sus
trampas para osos y lobas
que evitando vamos sus dolores
males y cargas.
Ahora que pasaron sixty
moons como pasa una nube, como se va el día.
Como se agota un
suspiro, tras otro y otro y otro que sesenta lunas no son nada
que es sólo el
comienzo,
luminoso abierto
esperanzador de cada jornada.
Que armando a golpe de
tesón o mazo, según los casos,
este nuevo andamiaje
vamos
para levantar la torre
desde la que gritar al mundo podamos
y decir: ¡Eh, vosotros,
los de ahí! ¡Estamos aquí!
¿Es que no nos veis?
Y sacar las cartas,
esos ases que siempre guardamos en la bocamanga
esa tinta de oro para
escribir palabras
con que mostrar a
otros, a todos, que no estamos aquí sólo para mirarlos
ni siquiera para
mirarnos,
que aún queda por
definir nuestro lugar, sí, en este mundo.
Que no hemos llegado al
final del camino que nos queda mucho por andar,
y por contar.
Por mostrar por
enseñar.
Ahora que tras sixty
moons al comienzo de otro giro brusco estamos.
Otro quiebro otro
requiebro inesperado en el libro, novela larga sin dramas
que vamos escribiendo,
con tinta de oro ya lo he dicho.
Que accionamos el
gatillo que disparará los cambios, ahora sí, ahora al fin
debo reconocer, y quizás
sí o sin quizás entonar algún mea culpa,
tal vez así deba ser,
por todos los pisotones
en este baile que te di
por los tropiezos que
sin querer provoqué
por mi prisa en cambiar
de danza,
pues quién sino tú y sólo
tú,
puede escuchar y saber
interpretar
mis feas caras mis
exabruptos
mis errores que son
muchos.
Ahora que sesenta moons
se fueron como nada
pero donde todo pasara
sólo ansío saber,
me puede la prisa la
curiosidad al anticipación,
qué vendrá después
de otras sesenta.
© CHRISTOPHE CARO ALCALDE
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