lunes, 17 de enero de 2011

MONDAY MON DIEU!


MONDAY MON DIEU!


A ti que llevas cada noche tu amante a la cama
amante que se llama cansada
y dices que de un tirón duermes
tirón que aquel ratero te dio cuando te robó el corazón.
Que te levantas con cara de lunes, sea martes sea jueves,
y rápido la cubres con tu careta de viernes.
Viernes loco, viernes noche:
nada mejor que una máscara para creer que la vida es derroche.
De felicidad bienestar y alegría. Arriba arriba esta fantasía.

A ti que mal desayunas aunque a tus hijos bien alimentas.
Pero esto no es ninguna sorpresa pues nunca pensaste de tu casa,
¡de tu casa!, ser la primera en la mesa.
A ti mujer bien metida en huesos, coleccionista de años
migas de ilusión y desengaños,
que a la vida das quiebros lo mismo con tu pie derecho que tu pie izquierdo.
Ambidiestra has tenido que ser igual que padre y madre a la vez.
Que dices estar mejor cuando no estás acompañada.
Y no te falta razón pues tiempo ha que has descubierto
que es soledad quien más te acompaña.
Y que ya no buscas razón de por que para que ni con quien.

A ti mujer que aplaudes para poderte reír
que te ríes de lo que está por venir
porque de lo ya pasado demasiado has llorado.
Que tus deseos ya no reprimes,
antes un buen desahogo que permitir te lastimen.
Que son menos tus ilusiones y ya no crees en nanas:
dame para dormir la almohada y para soñar,
para soñar mejor no me des nada. Más duro será despertar.
Amanecida, sí, con cara de lunes.
Que para disfrutar la piel de cuero te enfundas y fugas.
Y húmeda de gasolina suspiras. ¡Te inflamas!

A ti mujer mediterránea que no eres fiel a su dieta.
De Sorolla compatriota. Contemporánea.
Que por esto vives como vives con quien vives:
por tus hijos te desvives y peleas para que sean felices.
Para que sacrificándote a ti, coman perdices.

Que anaranjada es tu infancia y soleada fue el resto,
hasta que quizás por un desacierto,
o por el lugar o tal vez por el tiempo,
será tu vejez, grisácea.

A ti mujer de vocación pacifista pero de armas tomar:
no te ha quedado otra si quieres sobrevivir,
en este mundo de brujas y fieras,
canallas y aprovechados.
En lo de ser un mal elemento no hagamos distinción de sexos.
Pues tanto montó quien tanto nos monta y parece que no les importa.

Que el mundo te puso por montera y ahí te has quedado,
tal vez a la espera,
de que al amanecer, mañana,
sea de verdad domingo.
Para que por fin la vida te dé, ya era hora,
un respiro.

A ti te deseo la mejor suerte,
que no es otra que la suerte que de verdad acompaña,
para que llenes eso que hoy, diría yo, te falta.
Y que tanto niegas, dices tú, porque no te duele.
Protegida tras el muro de tus obligaciones.
Deseo que cuando lo tengas el pulso se te acelere.
Y el reloj del tiempo, ahí, se pare.
Porque ya has recorrido bastante para llegar,
¿tal vez a ninguna parte?
Por eso te deseo que encuentres con los pies en la tierra
la vida que te mereces.
Esa que llene de ilusión tu cielo,
y flotes.


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