AMIGOS. VIEJOS
Conocía a Enricco hace cien años.
Joven, amable, sonrisas.
Disciplinado y leal, siempre atento.
Mis palabras sus órdenes.
Mis sugerencias, su guía.
En simétrica relación: su bienestar
mi tranquilidad.
Mi tranquilidad, la de los dos.
La vida nos hizo desaparecer.
Hasta ayer.
Nada de pelo, pocos dientes.
Barba de abandono, mirada derrotada.
Fustigado por los años y los errores
quiso hablar durante horas.
Le vendí unos minutos.
Mis palabras, compromiso,
evitaron ofrecerle soluciones.
Desesperado buscaba al guía que fui.
Recuperar su bienestar.
En asimétrica relación: olvidé.
Por mi tranquilidad.
Desoí toda alusión, a mí, al ayer.
A su lealtad, disciplina, bien hacer
Y bien mandado.
Rechacé un apretón de manos.
Desprecié todo abrazo.
Conocí a Enricco hace cien años.
Enricco dijo ya no conocerme.
Cuánto hemos cambiado:
él por vencido.
Yo por olvidado.
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