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domingo, 31 de octubre de 2010
PLANES
PLANES
Perdona si te pido que te levantes
pero es porque esta tumba es mía.
Pagué por ella una buena suma. Allá, en la otra vida,
en esa que estamos obligados a soportar,
aunque con miedo deseando que se acabe.
Hice mis proyectos,
para aquella y para esta.
Me juré no volver a trabajar
a malgastar energías en personas vanas
a dilapidar mi fortuna en posesiones inútiles
a derrochar mi tiempo haciendo fortuna.
No volvería a repetir mis errores:
amar a la mujer equivocada
escuchar consejos de necios
ser amable con el descortés
honesto con el tramposo
valiente solitario contra la muchedumbre cobarde
pensar en el arte como una salvación para el espíritu
cultivar el espíritu sin solazar el cuerpo.
Decir la verdad.
Por eso adquirí esta tumba. Me hicieron buen precio
perteneció a un asesino sin escrúpulos.
Una noche marchó buscando a quien matar y no volvió.
Debieron rematarlo del todo.
Te pido que te levantes, dejes todo como estaba,
y marches.
Esta otra vida he decidido pasarla aquí escondido
oculto de todos, descansando por los siglos venideros.
Seré un mero observador
de la vida de los otros.
Pero no intervendré en defensa de nada ni de nadie.
Sólo quiero paz, y para eso
hay que ignorar. Y olvidar.
Con práctica, incluso de mí.
Entonces, todo será perfecto.
De verdad que no lo siento. Vete.
Déjame ser un muerto tranquilo.
PES-ARTE
PES-ARTE
Congregadas las asociaciones de artistas del mundo
los grupos de intercambio de obras
los comisarios expertos para la mayor exhibición itinerante
jamás montada
los mecenas con sus agendas de inversiones adquisiciones y compras
las casas de subastas con el más ambicioso programa de trabajo
que se haya hecho nunca
los marchantes intercambiando datos de obras, artistas, precios,
disponibilidad docilidad y manías
los concejales de cultura de todos los gobiernos locales
los promotores de concursos a escala internacional
para jóvenes artistas, viejos artistas, emergentes artistas
los directores de las más prestigiosas ferias de arte
los medios de difusión,
información y manipulación de masas
los grupos de presión
los especuladores y revendedores.
El público, también el público.
Reunidos todos para debatir acerca de la importancia,
significación y sentido del arte. Han concluido,
tras cuatro semanas de debates, coloquios, mesas redondas
charlas, sondeos de opinión y profundos estudios
socioepidemiológicos, que el arte,
despojado de todo cuanto pertenece a la obra
desprovisto de diálogos y sesiones informativas,
que la pieza artística,
desnuda frente al espectador y el mundo
No sirven para nada.
ORÁCULO
ORÁCULO
Murmura el chamán de la tribu.
Murmura gesticula se retuerce sangra y actúa.
Adivina el futuro que nos viene:
partiendo de un presente que nos ha desconcertado
se convertirá en un mañana de dolor y de muerte.
No habrá lugar para los hombres.
Ni los niños ni ancianos.
No habrá un momento de paz
sólo gritos desolación y llamas.
No habrá un renacer, ni siquiera un hacer.
No habrá, no lo hay, nada que hacer.
Estamos aquí para perder.
Mirándote a los ojos me pregunto qué está pasando.
Qué ocultas en tu mirada perdida
entre bancos de bruma y dudas.
Machacan sus hierbas las curanderas:
en un almirez de hueso de bisonte
sacrificado a los dos años de edad
la noche de la cuarta luna nueva
mirando a las tierras del norte.
Supersticiones inútiles.
Añaden la cuarta falange de mandril macho
y el sudor de potro salvaje.
Cantan aunque no se les oiga.
Da igual lo que hagan
y lo que no. Y para qué y para quién.
Todo es vano.
Refugiados en su soledad individual
espera cada miembro de la tribu el momento de partir.
De partir hacia el abismo.
Mirándote a los ojos me pregunto qué está pasando
por qué te escondes tras tu mirada perdida.
No espero respuesta.
Ni de ti ni de nadie.
Tampoco las creería.
EVOLUCIÓN
EVOLUCIÓN
Nos conocimos surfeando, buceando entre olas de nieve.
Escapando de la resaca de un alud.
Pronto dimos el salto, y del snowpark congestionado:
de curiosos, exhibicionistas, temerarios e imbéciles,
pasamos al diálogo ácido vertiéndonos vinagre
en heridas que nos abrieron antiguos errores.
Entre bromas y burlas viajamos por montes lejanos:
para mí la fila doce, para ti la dieciséis.
Que no sea la distancia poca, que corra el aire de tregua.
Que no sea mucha y nos oigamos los susurros.
Disimulando en torno a un postre para tomar imposible
licuamos témpanos de indiferencia con el calor repentino
de unas carcajadas sinceras sin perder el contacto.
Y con tanto contacto, acabamos besándonos en el portal de un extraño.
En el cuarto del café. En esa oficina donde entre cajones
aparecen espárragos.
Y un paleto inoportuno preguntando. Siempre preguntando.
En la mesa de plenos rodamos plenos. De gozo.
Y a la silla de la autoridad le dimos un uso inesperado.
Inesperado para algunos.
Sobre tu moto de juguete tuvimos sexo acrobático. Acuático.
Como hippies de otro siglo practicamos el amor libre.
A ti te rondaron amantes. A mí
a mí ya había tenido bastante.
Lo dejé en femenino singular.
Por lo que pudiera pasar.
Nos confesamos secretos, que por algo son confesiones.
Nos dimos consejos. Consejos de amigos, de viejos.
De viejos amigos.
Con el cambio de estación cambiamos destino:
tú a Indianápolis, yo a los mares del sur.
Tú en una montura negra:
macarra ruidosa espartana.
Yo en una nave nodriza:
grande calurosa pesada.
Pasado este tiempo de liberación,
necesaria reflexiva serena; antirutina,
volvimos al origen.
Que no al punto de partida.
Ya no contamos las horas que faltan para leernos.
Leernos los labios.
Acaso porque no es necesario.
La amistad surgió despacio:
como se bebe con deleite un buen vino.
Un día de estos quedamos. Quedamos para.
Bueno. Si acaso, y si quieres,
si quieres también hablamos.
lunes, 25 de octubre de 2010
CIELO
CIELO
Miraremos atrás con los ojos de un anciano. Aunque no lo seamos.
Veremos la inmaterialidad de nuestros sueños.
Por el camino perderemos las ganas de ir o venir.
Flotando entre las nubes del amanecer
con la luz de una luna diurna
nos dejaremos llevar por los vientos del cambio.
De dónde y hacia dónde no consigo descifrarlo.
Por un día creeremos en la felicidad reflejada en la sonrisa de un niño.
Antes de que empiecen las vejaciones e insultos.
Han cambiado el guión de nuestra obra
justo antes del último acto.
Y seremos una vez más títeres del caprichoso destino.
Moribundos vagamos por tierras hostiles
huyendo de ladrones y asesinos.
Ya no nos quedan amigos
a los que poder hablar y abrazar.
Se emborracharon todos con el aguardiente de la desconfianza.
Miraremos atrás con los ojos de un ciego
nada se ve pues nada hay que ver.
Derramaré sobre tu espalda las llamas de la verdad.
Abrazados abrasados en un beso de fuego,
diremos adiós a todo el que nos traicionó.
No tendremos tiempo para despedirnos de tantos.
Flotamos entre nubes cargadas de lluvia
De rabia de ira. De desesperanza.
De mentira.
IGUAL-DÁ
IGUALDAD
Al paro ha ido la ministra,
esa que la folclórica llaman,
con todo su ministerio.
Por fin se acabó el misterio
de qué hacía este ministerio:
no solucionó el problema
para el que fue inventado
pero sí creó mil problemas
a los hombres de este chiringo.
Unos ya los sufrieron
a otros les está esperando:
falsas denuncias, órdenes de alejamiento. Sólo para los machos.
Sorteo con premio seguro. Sólo si tú eres hombre.
Cárcel por mirar a los ojos, a la vecina de enfrente.
Que siente que la has acosado.
Ha pasado una noche terrible, creyendo que a su casa entrabas.
Soñando que en su lecho dormías, para hacerle tocar el cielo.
Por haber dormido en tu casa, pensando en el trabajo pendiente,
por ella tocarás el infierno.
Por ella, la folclórica y su ministerio.
No hables en voz alta. No oses llevar la contraria.
No toques aunque te supliquen toca.
Métete en el armario si es necesario.
Y sal hecho un hombre nuevo:
un hombre que ya no es hombre porque le gustan los hombres.
Haz lo que se lleva, que a esto lo llaman tendencias.
Y de tendencia en tendencia, ensalzamos la decadencia.
La decadencia que ha elevado a delito
rabietas de adolescente.
Y basta contar un cuento para que en la cárcel acabes.
Por eso, por el inconfesable abominable,
despreciable execrable, delito de ser un hombre.
Al paro ha ido la folclórica. Haremos una gran fiesta.
La haremos sólo los hombres.
La fiesta se hará costumbre. La costumbre tradición.
Con los años la folclórica será folclore.
Y podrás volver a ser hombre.
Tal vez, y esto hay que dudarlo más,
tal vez piropear puedas
a una mujer en la calle.
Y ella no piense en denunciarte
Sino en volver mañana, deseando que se repita.
Así se conocieron los abuelos.
Los abuelos de la folclórica.
CUENTACUENTOS
CUENTACUENTOS
Creí que me querías. Que me querías de verdad.
Y sí, era de verdad:
me querías
ajusticiar.
Hacerme de tu vida,
loca descontrolada a cuatro patas
a cuatro patas arriba,
desaparecer.
Para no tener que perder.
Adversario muerto es adversario conquistado.
Adversario que deja de serlo.
Hágase la voluntad del invasor:
sin reglas leyes ni moral.
Sea el capricho del caprichoso al fin.
El fin que justifica todo medio
y con la arrolladora voluntad del que en su avance nada teme
partamos la vida del otro
también por medio.
Creí que me querías
como creí los venenos que me contabas
contabas y cuentan que cuentas.
Creí porque yo sí quería
quería que me quisieras, al menos un solo día.
Me han dicho que andas por sitios raros.
Que alguien se esconde a tu lado.
Pero que no vas de la mano.
Que ni subes ni bajas a los sitios que frecuentamos.
Que no entras ni sales del mundo que te atormenta.
Que vives a capricho
y que de capricho en capricho dilapidas tu tiempo y fortuna.
Me han dicho que no estás bonita, que el tiempo te ha machacado.
Será por el tiempo que tú machacaste
a los que había a tu lado.
Creí que me querías, hoy sé que era todo mentira.
Que yo era sólo un capricho.
Un abalorio más en tu collar de fantasía.
Y de tanto fantasear ya sólo ves en tu lado fantasmas.
Será porque por la vida, como uno de ellos te arrastras.
Yo que te creí persona, ahora me pareces un chiste.
Por mucho que tú te empeñes en darnos a todos pena
ya sólo eres un esperpento
de la sombra de tu imperio:
aquel que con tanto asco reinaste.
Me han dicho que te emborrachas
que por la calle cruzas pisando todas las rayas.
Rayas que por la nariz te metes.
Me han dicho que pareces un trapo, aunque sean caros y hermosos,
los trapos con que tú te vistes.
Me han dicho y me han contado
Nada que ya me importe.
miércoles, 6 de octubre de 2010
LA SOMBRA
LA SOMBRA
Se reúnen cada mañana los hombres en el café la sombra.
Debe ser el nombre y la costumbre de vivir entre rejas
lo que les hace huir de la cárcel de sus casas para ingresar
voluntarios
en otra claustrofobia.
Similar, oscuro lugar.
Sirve Genaro, el dueño aburrido y solitario,
café bien cargado:
así explotéis todos, murmura por dentro recogiendo la moneda.
Ridículo beneficio a su trabajo monótono y diario.
Beben café amargo y fuman.
Fuman para reventar, beben para no perder
el punto de amargura del hogar en todo el día.
Ese punto de nicotina y cafeína que conduce sus vidas al infarto:
el último estallido muscular.
Hablan poco. De mala gana:
duro es volver a la lucidez del día viendo las mismas caras repetirse.
Como la propia: cada cual reflejándose en el espejo de los otros.
Los lunes algo se anima la jornada con el fútbol:
tercer ingrediente necesario del intragable rancho de sus vidas.
Los viernes decae el entusiasmo. Nada peor que el horizonte próximo
de un fin de semana…
en el hogar: mujer e hijos.
Más aburrimiento y gritos.
Pero hasta que llegue la pesadilla de verlos a todos reunidos, bebamos.
Bebamos este último trago de café amargo.
Que hoy hay suerte:
aún es martes.
MY NAME IS TOM
MY NAME IS TOM
My name is Tom. Lonely Tom.
Ayer cumplí veinte años. Nada especial:
salvo porque soy un viejo. Un gran viejo.
No hubo festejos, regalos, estirones de orejas,
y mira que las tengo grandes.
Ni siquiera una comida especial.
Nadie recordó mi cumpleaños.
Claro, a veces tampoco recuerdan cómo me llamo,
y se dirigen a mi tirando piedras.
Nací un día cualquiera de un diciembre cualquiera.
Pero la euforia de vivir pronto se tornó amargura del malvivir.
Con cinco meses fui ya condenado:
a cadena perpetua.
No he conocido desde entonces otro lugar donde morar
que en esta casa de campo abandonada.
Mi espacio se reduce a los tres metros cuadrados que me permite
la cadena que aquel día dejé ingenuamente que me ataran:
nunca creí que fuera para siempre.
En este ridículo espacio al que me veo condenado
paso frío en el invierno, calor y sed en el verano.
Me mojo cuando llueve y la nieve me hiela hasta el centro de los huesos.
Es hermoso este paisaje aunque nunca pude disfrutarlo.
El ruido de una carretera cercana me mantiene despierto día y noche.
Ayer, sin ir más lejos, atropellaron a la niña de la casa.
Lo sentí por ella. Y por mí.
Era la única que a jugar conmigo se a cercaba.
Me contaba sus historias de niña inocente
y yo escuchaba agradecido.
Hoy estoy más solo que nunca
y me he declarado en huelga de hambre hasta matarme.
Mi nombre es Tom, Lonely Tom. Y no soy sino un viejo perro.
Lleno de pulgas y garrapatas.
Desdentado, casi ciego, un poco sordo.
Me condenaron a cadena perpetua desde que era un cachorro.
No he conocido otra vida, pero sé que esta no me gusta.
¿Hay alguien ahí que me pueda romper esta cadena?
Sólo quiero morir en libertad.
domingo, 3 de octubre de 2010
ESTACIÓN
ESTACIÓN
La tonta del móvil redacta los esemeeses moviendo los labios.
Como la oyera alguien en alguna parte,
incomunicada como está con la distancia corta
y enganchada en la lejana.
Son los nuevos tiempos:
Me despego de ti porque estás cerca
Me pego al que tengo lejos para sentirlo cerca.
La del flequillo negro tazón mira hastiada los paneles.
Si tarda un poco más el autobús se va a liar a hostias.
Una pena, porque es mona y apunta maneras de buena amante.
Aunque parezca nula conversadora.
Pero quién quiere hablar según qué ratos.
El chófer se marcha resoplando porque está hasta los cojones.
La azafata resopla de tanto oírle resoplar.
Y entre tanto resoplar no queda aire limpio que respirar.
También es el signo de los tiempos:
la prisa y la impaciencia.
El segurata se asegura de que todo esté seguro:
aunque para ello tenga que dejar a todos inseguros,
desnudos, bocabajo. En el suelo de la calle.
La autoridad y la necedad siempre hicieron mala pareja:
porque desparejan todo lo que encuentran a su paso.
El hombre de la corbata me mira cansado y con barba de dos días.
Se le nota que tiene ganas de marchar.
Más si es para no volver.
Para eso estamos aquí todos:
para marchar.
Mejor que sea para no volver.
Nadie vale la pena en este lugar.
Tampoco yo.
LO QUE QUIERO
LO QUE QUIERO
Quiero acompañarte en la compra del pan.
Del pan de la leche la sal. De todos tus alimentos:
para el espíritu y cuerpo.
Quiero cerrarte las puertas que te dejes abiertas.
Y abrírtelas cuando no lo esperas:
colarme y saquearte.
Quiero cerrarte los ojos tras tu muerte:
muerta de tanto reírte.
Muerta de petite mort.
Muerta, después que yo.
Quiero abrirte la boca:
de desconcierto y asombro.
De sorpresa que es agradable porque no se piensa.
Quiero verte respirar, resoplar.
Y todo lo que acaba en ar que aquí es blasfemo mencionar.
Verte al inicio del camino, al borde del precipicio,
y esperar para hacerlo conmigo.
Quiero ser un billete para viajar siempre en tu cartera.
Billete de lotería, billete de viaje,
billete de entrada VIP a todos los festivales.
Quiero ser tú siendo yo. Ser como tú cuando quieres ser como yo.
Como soy yo cuando soy como tú.
Quiero ser de tu equipo porque juntos siempre ganamos aunque perdamos.
Celebrar todos los éxitos cuando lo son por el hecho de serlos.
Y los no éxitos, pues por ser de los dos no los llamaremos fracasos.
Quiero ver lo que tú ves cuando no ves:
para sentir lo que sientes y que por no ver padeces.
Quiero celebrar tus alegrías y compartir tus penas:
que las primeras disfrutadas aumentan.
Y las segundas repartidas decrecen.
Quiero compartir todo tu tiempo.
Tiempo que será ganado al tiempo
que hará que vivamos más tiempo que el tiempo que nos es dado.
Quiero robarte el periódico por la página que estás leyendo.
Ocultarte las noticias que buscas y ser yo tu primera plana.
Y ya que hablamos de planos
hacer juntos el plano de todos nuestros proyectos.
Quiero proyectar en ti lo mejor que hay en mí:
sólo porque tú ya lo has hecho.
Quiero, ya puestos, que sepas ...
Lo demás, ahora resulta superfluo.
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