martes, 16 de febrero de 2010

AGUA


AGUA


Transitando por el filo de la depresión y la falta de cordura
tomé decisiones transcendentes:
mudé mi piel de serpiente
resulté ser una rana muda.

Escondido estaba en esta charca, abatido y cansado.
Y surgiste tú. Del agua clara.
Clara como el agua.
Ya nada fue igual:
todo mi mundo se metió en el tuyo.

Miro al futuro. No lo veo, no lo quiero
si no estás a mi lado.

Imagino un día lejos de aquí. Donde tú y yo,
poder acurrucarnos.
Por encima de todo, amarnos.

Busco en mí la paz que no encuentro. Ya,
sólo quiero respirar.
No sé cómo hacerlo.
En ti hallo el consuelo. En ti todo lo encuentro.
Aquello, incluso, que no sabía me faltaba.

El futuro será nuestro. El presente ya lo es.
Y el pasado…
a ese, sólo le agradeceremos habernos encontrado.

Dame tu mano, concédeme este largo vals de la vida que nos queda.
Y llévame, como sólo tú sabes hacerlo.
Daremos miles de vueltas con los dedos engarzados.
Y en este salón de alfombras, tapices y arañas de luz,
palidecen de envidia los cientos de invitados.

Regálame todos tus abrazos
No escatimes un solo beso
Entrégame tus noches de deseo.

Dame, dame tu mano que no la soltaré.

Créeme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario