martes, 22 de febrero de 2011

B & N


B & N


Hicimos miles de fotos el día que nos casamos.
Tantas como hoy se han roto.
Cruel es este juego de la vida:
que de tanto dar vueltas se torna retorcido.
De tanto trasmutar el verso en prosa todo lo vuelve perverso.

Se quebraron todos los sueños por un mal sueño.
Un espejismo suicida con banda sonora merengada.
Y los malos momentos tornaron perpetuos.
Todo torna ya lo ves.

No descubro nada nuevo, nada útil. Nada estrictamente necesario.
Vivir es fatuo y vano. Otro mal sueño.
Aunque mejor que despertar:
siempre se puede empeorar.

De todas las promesas que hicimos,
antes aún de conocernos,
parece que ni una cumplimos.
Quizás nos faltó amarnos.

A veces, echo de menos la felicidad engañosa
de una vida acomodada.
El falso bienestar de que algún día nos quisimos.
La realidad es esta pesadilla en la que vagamos como muertos.
Con los ojos cegados por el dolor y la sangre.
Aún así, peor es el horror de ver lo que tenemos delante.

Aves de alas rotas, delfines atrapados en redes de deriva:
lo que le da menos sentido.
Caballos que ya no pueden saltar. Ni correr.
Lobos desdentados. Osos hambrientos al final del otoño.
Flores en el desierto.

Todo lo que fuimos, la fuerza que juntos nos dimos,
desapareció. Se perdió en las tinieblas de la decepción.
No eras tú. No era yo. Era que vivíamos en el infierno:
el infierno del vacío.
Nos abrasamos.

Se me secaron las lágrimas por todo lo que vi.
La culpa es el castigo que nos mata a fuego lento
Sigo preguntándome por qué
Y luego me digo, para qué.
Qué hacer con los recuerdos que se quieren olvidar.
Dónde esconde la tristeza y la soledad el derrotado.
Cómo se maneja tanto desprecio.

Vivo en un invierno permanente,
y me engaño con que a ratos sale el sol.
Cierro los ojos y me dejo acariciar.
Minúsculos momentos robados a la guillotina del tiempo.
Sobrevivir a cualquier precio, ¿es lo que importa?
Nos aferramos a esta vida inútil.
Será porque no conocemos otra.

De los miles de fotos que guardamos, sólo me queda el blanco y negro.
Se nos fue el color esperando el momento adecuado.
Se nos olvidó vivir, en realidad.

No fuiste tú, no fui yo.
Es este largo, largo desencanto.


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