miércoles, 28 de diciembre de 2011

RED APPEL


RED APPEL


Presiden la mesa de tu imperio:
decadente desmembrado endeudado,
tres grandes manzanas:
rojas apetitosas envenenadas.
Son para tus visitantes un presente:
amable protocolario sentido. Convencido
de hacernos el favor de eliminar a esa gente como sea.
Que con suerte no vuelvan a verte.
Harto como estás de tanto malparido.

Deshecho en halagos se han los nobles que lealtad te juraron,
y en secreto conspiraron tramaron perjuraron
que contigo acabarían.
En abrazos reverencias besos
se desviven las damas de tu corte
y las piernas que abrieron ningún hijo te dieron.
Tal vez por eso.
Los sirvientes que por ti antes temblaban,
a medias entre espanto y confusión de no saber si huir o si quedar,
con desgana y desdén ahora te atienden.
Y a tus espaldas roban lo que pueden.

Poderoso fuiste,
por ello por temido y despiadado respetado.
Débil está hoy tu brazo:
ya la espada que por ti a tantas vidas puso fin hoy no puedes alzarla.
Queda en un rincón mellada y solitaria.
Quedas tú al otro lado:
mellado, solitario. Abandonado.

En guerras asesinas están todos tus hijos bastardos.
Por bastardos, a socorrerte no vendrán,
de la muerte en el exilio que es hoy tu reino.
Guerras asesinas como todas, guerras cercanas fratricidas:
como pocas.
Entre hermanos codiciosos egoístas. Envidiosos.

Hoy no tienes reino, mañana no tendrás estirpe.
Pasado no te tendrán tus súbditos.
Todo mejorará.


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