martes, 14 de febrero de 2012

CARIDAD







CARIDAD


Y con la falsa generosidad que nos caracteriza
repartiremos entre los demás lo que aún poseemos.
Que por haberlo robado nunca fue nuestro pero no nos afecta.

Daremos pan a los obesos
Agua a los hambrientos
Un colchón al perezoso
Tabaco de caña al terminal de pulmón
Una jarra de vino al alcohólico
Marisco al alérgico
Carne al vegano.

A todos hipócritas abrazos y besos.

De nuestra casa los veremos partir
animados con la mentirosa esperanza que en ellos creamos.
Prometiendo un trozo de paraíso allá donde la raya del horizonte
marca la frontera entre el antes y después.

Caerán a la fosa profunda que tras el corte de sierra se esconde
detrás de la línea quebrada de montañas con nieve azulada.
Con satisfacción seremos testigos de su agonizante final.
Y no tendrán oportunidad de regresar. Ni reclamar.
Nos libraremos así, de todo mal.
No será dios quien nos devuelva la paz.

De vuelta al agujero donde nos escondemos
por desconfianza del mundo y porque a todo tememos
sentiremos algo de alivio ante la derrota de cualquier enemigo:
quien no somos nosotros es nuestro contrario.
Y por tanto adversario.

Nos haremos así los dueños del mundo.
Gobernaremos al capricho de quien sabe que no tiene rival,
ni crítica ni opositor.
A los disidentes enterramos en la cárcel en cuanto cogimos el trono.
Sin juicio ni derecho de réplica porque estaba muy claro.
Sin vacilar decidiremos el destino del mundo.
De un mundo que no tiene futuro pero no nos importa,
porque nosotros tampoco.

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