VIAJE
DE NOVIOS
Se amaron secretamente hasta que la suerte se
cruzó en su camino.
A ello le visitó la fortuna:
un millón de pesos de la noche a la mañana, o
mejor,
de la mañana a la tarde,
dan para muchos proyectos.
Y ningún pesar.
Despachar a su jefe comer bien buena casa ropa
de marca coches caros joyas viajar.
Conocer el resto del mundo.
Que era todo salvo la minúscula parte del suyo.
Aceptó el cheque y se lanzó al estrellato,
como tal estrella fugaz que nunca pudo ser.
A él le visitó el médico:
sibilancias crepitaciones estridores egofonías.
Pura música pulmonar. Lado derecho.
El izquierdo aún peor.
Le dio de plazo hasta el miércoles un lunes.
Para qué esperar. Cuando toca marchar, toca
marchar.
A ella fueron a despedirla al aeropuerto. La familia,
los amigos.
Los nuevos amigos al olor del dinero.
A él, al velatorio. La familia, algunos amigos
viejos.
Para los nuevos era muy pronto, no había
confianza.
Y ya se sabe que la confianza lo es todo.
Tampoco ganas.
Partieron ambos el mismo día.
Ella no quería volver. Él no podía.
Se amaron secretamente hasta que la suerte se
cruzó en su camino.
Se despidieron sin conocerse.
Tengo un amigo, con mucha suerte, que dice que
la suerte hay que ganársela.
Que es para los que la buscan.
Yo tengo dudas.
Debe ser cuestión de suerte.
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