jueves, 5 de noviembre de 2009

REFLEXIONES



REFLEXIONES


Paseando entre psicópatas y enfermos,
los segundos peor que los primeros,
he explorado un mundo que agoniza.
Y asfixia, y corrompe y se corrompe.

Arranca el cocodrilo,
siempre,
el brazo pródigo del cuidador.
También esto es alimento:
aunque no renovable este consumible.

Antes morir de inanición que perder
la ocasión de doler.

El abrazo del oso y la serpiente
guardan idéntico final:
el final del amor. Siempre con dolor.

Hoza el jabalí los campos y cultivos.
Busca alimento y abrigo.
Haga lo que haga, sabe que siempre
es perseguido.
Por el lobo:
el hombre. El peor enemigo:
bien armado, agazapado, traidor escondido.
No revelo nada nuevo.

Paseo entre animales por el bosque de hayas profundas
De robles pacientes
De viejas acacias de espinas.
Largas, finas. Indolentes.

Entre arbustos de viburnum y parviflora
se ocultan los animales de mi vista.
De cuatro patas y dos.
Se alejan los de cuatro
atacan por las espalda los de dos.
Tampoco esto es nuevo.

Tenemos en común tan pocas cosas
que resulta extraño haber compartido un solo momento.

De todo lo vivido, tal vez sólo quede el desprecio.

Paseando entre psicópatas y enfermos
digo adiós a los primeros
escucho sereno a los segundos.
No lavaré sus pies, ni besaré sus manos
No cuidaré a los que me hirieron
No, hasta ahí no llega mi perdón.

Paseo en silencio por el bosque.
Qué más da lo que vea y se oculte.

Sólo nos queda el silencio
entre pisadas sobre hojas quebradas.

Muere conmigo
Y olvida.

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