martes, 15 de diciembre de 2009

DESPASITO



DESPASITO


Abriéndose camino entre campos de zarzas y cardos
descubrí un pequeño erizo.
Caminando, despasito, despasito.

Estimulado por la intriga y la curiosidad
me acerqué a saludarlo.

Acostumbrado a las agresiones de propios y extraños
sacudió su espalda en legítima defensa.
Clavando varias púas en las yemas de mis dedos.

El erizo resultó ser una eriza.
Y yo…

Yo terminé erizado.

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