viernes, 26 de marzo de 2010

BIEN Y MAL


BIEN Y MAL


Es larga la vida cuando las cosas vienen mal.
Son eternos los días y nunca vemos el final.

La pianista del momento dejó al auditorio boquiabierto.
Con un concierto a cuatro manos.
Todas eran de ella.

Amaestrados los pájaros pinzones
atacaron el palco de autoridades.
Sin contemplaciones, se acabó por fin este desfalco.

Visitó la ciudad el roquero de más éxito.
Parecía un ministro, con todo su séquito.
Poco tiempo atrás, él mismo se hubiera despreciado:
con sus letras heroína antisistema.

Aunque muy a mi pesar, he decidido no volver a verte.
Nunca más, será preciso.
Para no perder el norte. Ni la moral.

De los años que viví en el oeste,
salvaje y manso,
me he traído una pipa de arce,
media pepita de oro y un mapache.
Y la flecha de una nativa clavada en mitad del corazón.

Por la pipa contraje cáncer de pulmón.
Me robaron la pepita. La segunda mitad igual que la primera.
Murió el mapache arrollado por el tren.

La flecha he decidido no sacarla.
Por ser el único recuerdo que me queda.

Qué corta es la vida cuando las cosas lucen bien.
Son los días un suspiro,
del que nunca queremos el final.

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