sábado, 3 de diciembre de 2016

DUMB

DUMB








A los datos empíricos me remito, que Jorgito es un tipo bruto.

Bruto no bruto de músculo,

que el tiempo de marcar silueta cultivada y fina chocolatina pasó;

desdibujado está hoy entre sus kilos de más

en lipídica reconstrucción.




Pero Jorgito es bruto por su falta de consistencia, mental y argumental. Analítica y reflexiva. Principalmente, formal.

Ergo: es Jorgito un tipejo extraordinario. Extraordinariamente informal.




No hay sustancia donde debían las neuronas llenar los baches, qué digo baches,

socavones que le cruzan ese cerebro de corcho y defunción

como quien se estampa la cara contra el muro grueso de los lerdos.

Jorgito aspira al liderazgo de éstos. Una paradoja:

en el país de los necios, el más tonto es el rey de todos ellos.




Méritos no escasean y actitud le sobra. Que Jorgito es bicho malo envidioso aprovechado manipulador y tramposo.

Farsante desde que se levanta, dado a mentir para sobrevivir o, simplemente, porque sí.

Que razones no le hacen falta porque Jorgito es así.




Pero no confundirse que Jorgito no está acabado pues Jorgito tiene futuro.

Yo diría, que mucho. Las pruebas,

empíricas,

demuestran que mucho más.




Hay un mundo ahí fuera a reventar de Jorgitos

esperando a los Jorgitos que como él tienen cancha.

Por tanto, para ellos,

hay esperanza.




Sorry for los Antonitos y Luisitos y Ramonitos y Enriquitos

y todos aquellos itos que han alcanzado otro hito

más elevado y distinto

al que a los que utilizan al resto para beneficio propio

como hacen los Jorgitos.




Jorgito es la irrefutable prueba,

de que este mundo absurdo es para los tontos listos.


© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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