DE MUJERES Y SOMBRAS. Y VICEVERSA
Rosaura dejó a su novio por una escoba:
tenía con ella más complicidad.
Luisito a su ex por un sillón de masaje:
transmitía mejores vibraciones.
Rosarillo plantó a Pedro por una maceta:
demostró mayor fidelidad.
Luisillo a Laurita por una guitarra:
sus curvas eran auténticas.
Rosarito abandonó a Jesusín por un melocotón:
sabía más dulce.
Luiseco huyó de Pepi para refugiarse en una tragaperras:
tenia la garganta más profunda.
Rosario huyó de Albertico persiguiendo a una paloma:
ésta no tenía miedo a volar.
Luisín renegó de Anita por una bicicleta:
que tanto dar vueltas sirviera para algo.
Rosarín repudió a Jorgito por una yogurtera:
no más tragar lechosa agria sin mejora intestinal.
Luisón escapó de los besos de Jacinta tras un puñado de setas:
mucho más sabrosas.
Rosaurica se zafó de las garras de Pacorro por los pelos:
con ellos se hizo una peluca y desapareció.
Luisico renunció a la vida con Conchita por una valeriana:
con los años ya solo busca paz.
Rosaura, Rosarillo, Rosarito, Rosario, Rosarín y Rosaurica
cuentan hoy sus experiencias en un plató, de televisión:
no han encontrado forma mejor de transmitir su mensaje,
a ese mundo de idiotas.
Luisito, Luisillo, Luiseco, Luisín, Luisón y Luisico se reúnen todos los sábados junto a un plato, de chilindrón:
los únicos placeres de carne que ahora se permiten,
y disfrutan.
© CHRISTOPHE CARO ALCALDE
Rosaura dejó a su novio por una escoba:
tenía con ella más complicidad.
Luisito a su ex por un sillón de masaje:
transmitía mejores vibraciones.
Rosarillo plantó a Pedro por una maceta:
demostró mayor fidelidad.
Luisillo a Laurita por una guitarra:
sus curvas eran auténticas.
Rosarito abandonó a Jesusín por un melocotón:
sabía más dulce.
Luiseco huyó de Pepi para refugiarse en una tragaperras:
tenia la garganta más profunda.
Rosario huyó de Albertico persiguiendo a una paloma:
ésta no tenía miedo a volar.
Luisín renegó de Anita por una bicicleta:
que tanto dar vueltas sirviera para algo.
Rosarín repudió a Jorgito por una yogurtera:
no más tragar lechosa agria sin mejora intestinal.
Luisón escapó de los besos de Jacinta tras un puñado de setas:
mucho más sabrosas.
Rosaurica se zafó de las garras de Pacorro por los pelos:
con ellos se hizo una peluca y desapareció.
Luisico renunció a la vida con Conchita por una valeriana:
con los años ya solo busca paz.
Rosaura, Rosarillo, Rosarito, Rosario, Rosarín y Rosaurica
cuentan hoy sus experiencias en un plató, de televisión:
no han encontrado forma mejor de transmitir su mensaje,
a ese mundo de idiotas.
Luisito, Luisillo, Luiseco, Luisín, Luisón y Luisico se reúnen todos los sábados junto a un plato, de chilindrón:
los únicos placeres de carne que ahora se permiten,
y disfrutan.
© CHRISTOPHE CARO ALCALDE
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