DESCARRILES
En este estúpido afán por no dejar pasar posibles oportunidades,
convencido a pleno pulmón de que sólo del no hacer nada nada sale,
tomo con frecuencia cualquier tren que mi camino cruza.
Con los choques y descarrilamientos posteriores
he llegado a la conclusión de que muchos son los trenes que no llevan a ninguna parte.
Cada vez que el caso ahora se repite
tomo el botijo y echo un trago.
Nada como la sabiduría de la arcilla
o la paz de una tarde a la solana
para tomar las decisiones adecuadas.
No todos los trenes llevan a buen término
Mejor dejar pasarlos
Y no perder el tiempo con proyectos falsos.
© CHRISTOPHE CARO ALCALDE
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