CUÁNDO Y POR QUÉ
Cuando ya no me quede energía para levantar nada,
tampoco la cuchara tampoco.
Cuando ya no tenga ganas para seguir en este agujero,
inmundo espacio de catetos y lerdos.
Cuando ya quede claro que las ilusiones de antaño solo fueron ilusiones y yo viví en un espejismo.
Cuando la roca de las frustraciones ruede por última vez montaña abajo
y aplaste al Sísifo agotado que anida dentro.
Cuando las babas me embadurnen la cara y de la barbilla hagan telarañas contra el pecho.
Cuando en el pecho lo que palpite a intervalos asíncronos sea un trozo de corcho
y ese corcho al que me agarre a la deriva vague en la inmensidad del océano.
Cuando todo el país sea una residencia de ancianos e inmigrantes manos asistenciales
nos manejen con asco y escurran como a inútiles trapos.
Cuando esto no baste y nos maltraten a palos,
devolviendo con réditos las medidas antiinmigración del pasado.
Cuando mi casa se caiga a pedazos y no tenga fuerzas para subir al tejado;
ni siquiera para reparar esta pata del banco donde a veces descanso.
Cuando el amor se haya ido y el sexo sea una ilusión del ayer de anteayer.
Cuando pensar en ayer sea la vida entera y en mañana no más que una quimera.
Cuando mi más caro traje a medida ya esté listo
y elegida la madera que dará el postrero cobijo.
Cuando la cruz que enarbole la bandera de mi último castillo ya esté pinchada en la cubierta
y a mi nombre nadie atienda cuando sea pronunciado.
Cuando el agujero esté sellado y una inútil piedra se yergue ante curiosos y despistados,
diré, podrá leerse, el escueto resumen de mi paso y mi pasado,
rastro efímero y desechable entre cunetas y lodazales,
que rece o cuente o exprese cual chiste breve:
Podéis
Iros
Todos
A
Tomar
Por
Saco.
© CHRISTOPHE CARO ALCALDE
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