TIEMPO DE PRESBICIAS. Y ALGUNAS CARICIAS
Si ya no ves donde todo era nítido
y una mancha enturbia las líneas que antes eran puras
no culpes al objetivo de haber hecho ese borrón,
quién sabe si también una cuenta nueva,
por ser más probable que la tara esté en tus ojos
y no en el sujeto observado.
Que se te han escapado algunos años ya lo sabes.
Que no todos han sido malos ni buenos,
también.
Que la primera parte vivida no igualará a la segunda,
viceversa,
lo adivinas.
¿Y?
¿Qué piensas hacer al respectivo respecto?
Respectiva o retrospectivamente hablando
no eres sino causa y efecto.
De las causas abiertas en tu glorioso pasado
oyes y vives o malvives ahora
las sentencias acuñadas con maza de plomo.
Cuándo has cruzado la frontera entre lo joven y viejo
lo naif y lo experto
lo arrebatado o sereno
lo por llegar o escapado
la duda o la certidumbre
el pasado y presente sin saber qué día se fue tu futuro,
no sabes cómo ni cuándo:
si ayer decías tenerlo claro
hoy está todo borroso y tú más confusa que nunca.
¿Y?
Si la torre de los años cumplidos es cada día más alta
¿Cómo vas a actuar contra este nuevo mareo de altura?
¿Un novio joven una casita en la playa un descapotable un viaje a los confines del mundo?
Donde, ahora sí, te dejarás manosear como siempre has querido
pero nunca pedido porque estaba prohibido.
Al policía que montaba guardia en tu cabeza has conseguido,
por fin,
despedirlo.
Te soltarías la melena si tuvieras,
pues no se te ocurre otra forma de ondear la bandera
señera de tu propia autodeterminación.
Vas a corretear por ciudades, carreteras y campos.
A emborracharte cada día bebiéndote a grandes tragos todos los momentos.
Vas a saber lo que es bueno porque vas a probarlo.
A actuar como nunca lo has hecho
en este teatro de marionetas de cartón arrugado
con trajes de época y antifaces para ocultarse del resto
tanto como de ellos.
Vas a pedir otra copa y a Sam que
tocándola otra vez
pruebe también a tocarte.
Vas a bailar hasta el amanecer con quien se atreva a seguirte.
Ahora que has dejado atrás a padres e hijos
padres por muertos hijos por desterrados
vas a quemar las naves de tus ahorros en un gran carnaval.
Que se enteren todos de quién eres
Y dónde estás.
Que vergüenza ya no te queda por haberla usado tanto;
tanto que fue demasiado.
Has relativizado todo
lo que relativizar se puede.
Concedido urgencia
solo a casos de vida o muerte.
Has acabado con idioteces e idiotas
estupideces y estúpidos;
cretinos necios bobos lamebolis y muerdelápices
pelotas y robapelotas
borrachos fantasmas y fantoches
babosos, inoportunos, pagafantas, pusilánimes y engreídos.
Has echado al vertedero a todo lo que no te gusta
y el cerrojo a todo el que no te gusta :
hoy tu tiempo es más valioso que el oro.
Ahora que mires donde mires ya no ves lo que antes
vas a creer que todo tu monte es orégano y dejarte saborear con especias exóticas.
Si es preciso, tóxicas.
Pues hoy que ya estás de vuelta de todo,
qué más te da otra vuelta de tuerca
con la que reventar tus viejas y oxidadas amarras.
Y en ese súbito impulso de libertad
vas a sonreír como siempre
pero disfrutar como nunca.
Vas, vas, vas...
Por si acaso
No tardes en empezar.
© CHRISTOPHE CARO ALCALDE
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