sábado, 5 de noviembre de 2016

TIEMPO DE VACIARSE. Y CONTENERSE



TIEMPO DE VACIARSE. Y CONTENERSE



One Two Three y el batería arrancó con una percusión ad hoc para el público mutante.

A medida del momento presente quien con inusitada energía
se mostró ante un gentío ávido de emociones fuertes.

Le siguió la banda con el mismo interés: llegó la hora de vaciarse.
De darlo todo como si fuera aquel el último día para la gloria.

A velocidad de urgencia subieron el ritmo del estadio
desde el nivel césped a los bordes del cielo.

Y el público, el público se revolvió con las primeras notas
como lo hace un lagarto panza arriba.
Estalló pronto la rabia tantos lustros contenida y las maneras,
las buenas maneras,
dejaron de importar como lo haría...
Otro lagarto panza arriba.

El teclista pulsó la negra mágica que despierta todos los deseos.
Y el guitarra rasgó con una cuerda rota todas las conciencias:
<>.

Ya no importan aquellos que no vendrán
ni los que desde el refugio triste de su hogar
de todo esto y lo otro y lo que sí o no,
opinan mal.

Las buenas gentes al final:
se han colado sin pagar.
Aquí ya no queda sitio para castos, remilgados, beatos, decentes, pudorosos, honrados.
Tenemos entrada libre los que con prisa vamos,
que el festejo es digno de indignos;
otra cosa son los indignados y si me das a elegir
prefiero los indígenas:
al menos éstos saben dónde están, de dónde vienen.
Incluso,
puede que adónde van.

Han acudido a este concierto desconcierto
ciudadanos de todas las clases,
pero solo los de una edad media tenían Pase Sin Llamar.
No eran los de la Clase Media pero sí los de la Edad Media.

Hay en estos una prisa por llegar por fin hasta el final
de todo lo que no pudieron probar.

<>
se lee en pancartas y carteles junto a
<>

<
que vengan si se atreven
a robarnos lo que aquí hemos bailao>>.

Para cuando el bajo repitió el estribillo
no quedaba una camiseta sin arrancar
un vestido por arriar ni un pantalón por derrocar.

Los de la Edad Media ya no tienen tiempo para pedir permiso
ni para esconderse por mucho que el reglamento del estadio
prohíba todo lo que no sea contenerse.
Reprimirse.

Y por la cuidada hierba del césped ruedan ahora cuerpos como barriles de cerveza.
Ruedan barriles como cuerpos sin control.
Untados los deseos en marihuana y Triple Seco, saben
mucho mejor.

En la séptima canción la banda repitió un tema escrito para la ocasión.
Entregado el público a su causa,
ni la oyó.

<>,
gritaba el cantante como grita
cualquier lagarto panza arriba.

<>,
respondió alguien de la primera fila
con las uñas de una desconocida cruzándole la cara
y el efecto del último tiro cruzándole el cerebro
como un torpedo a un feliz lagarto panza arriba.

Doce temas más tarde
la mitad del público no quería volver a casa esa noche.
La otra mitad, nunca más.

A tomar por saco obligaciones responsabilidades lealtades.
A tomar por saco las diarias cárceles.
El registro laboral el pay per view el horario de llamadas
la tarifa plana las ofertas 2 x 1.
El cinturón de seguridad el del pantalón el de castidad.
Los controles de alcoholemia, de drogas, sanitarios, de calidad.
Tele 5, El Objetivo, La Mañana, sesión de cine y los documentales de La 2.
A tomar por saco la vulgaridad o ser tan cool
que no te quepa en el armario.

A tomar por saco las visitas por compromiso
los saludos a los que ya no son amigos
los abrazos de bienvenida a todos los malhallados.
A tomar por saco el frutero del barrio y el mercadona.
El corte a medida y El Inglés.
La gasolina barata y el frenar en cada curva.
La obediencia civil y militar.
La declaración de intenciones y de hacienda.
Los juicios de valores y de todas las Salas,
Excelentísimas o Villanísimas.
A tomar por saco todo lo que felices no nos hace;
y por consiguiente infelices nos vuelve.

Antes del último bis ya no quedaba nadie en pie.
Exhaustos, tal vez, de ser fieles a la letra que el cantante no dejó de repetir como el mantra
para esta nueva Edad Media que aún está por descubrir:

<
de Vaciarse
Ha llegado la hora>>.







© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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