HOY MIRO LOS TEJADOS
Ayer me jubilé.
Jubilé, jubilado, júbilo:
espero.
Descanso plena,
disfrutando cada uno de mis 180 centímetros de sofá.
En mi cuarto de estar,
en mi pisito de estar,
me rodea la familia.
Cada minuto.
Mi prima, mi hermana, mis sobrinos,
la novia secreta de toda la vida.
Cada cosa en su sitio:
ni un pétalo caído de su rosa,
ni una hoja amarilla en mis plantas,
ni un libro de greguería.
Todo es orden y limpieza.
Es mi orden y limpieza.
Caen las horas del primer día de sol
del resto de mi vida.
He quedado libre, al fin,
de mi última atadura:
el trabajo.
Sin hijos, sin marido, sin compromiso alguno.
Disfrutaré de la libertad total.
Esta libertad total que empieza hoy.
Esta soledad total,
también.
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