martes, 10 de marzo de 2009

QUÉ BONITO

QUÉ BONITO


Y me atraparon las redes
y me asfixiaron en aire.
Y con escamas de hielo
me vendieron en carne.

Y me trincharon de un golpe
y me cocieron en sal.
Y me arrancaron la piel
para meterme en cien tarros.
Y amortajado en oliva
me cocieron de nuevo.

Y abriendo sus fauces
me engulleron sin ningún miramiento.
Y por mí no hubo lágrimas
ni responsos ni duelo.

Sólo uno dijo:
¡qué bonito tan bueno!

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