RAZONES I
Las olas, que ya no vuelven:
el mar, que se ha marchado.
El sol, que ya no arde:
el helio, que se ha agotado.
Los niños, que ya no gritan:
las madres, que no les pegan.
Las flores, que ya no brotan:
el cortacéspedes, que ha pasado.
Las campanas, que ya no suenan:
el campanero, que se ha fugado.
Los amigos, que ya no llaman:
el teléfono, que nos han cortado.
El reloj, que no da vueltas:
la pila, que le he quitado.
El gato, que ya no maulla:
el perro, que lo ha matado.
El perro, que ya no ladra:
dos tiros, que le he pegado.
La suegra, que ya no grita:
otros dos tiros, que me han sobrado.
Tus obras, que no se venden:
las musas, que se han marchado.
El tren, que ya no pasa:
el maquinista, descarrilado.
El Cristo, apolillado:
el cura, que no le reza.
El loro, que ya no habla:
la lengua, que le he arrancado.
Los males, que no se curan:
el médico, que me ha mirado.
Los hijos, que ya no vienen:
nunca te han soportado.
Mi padre, que no lo encuentro:
en la plaza, que lo he vendido.
Paté, ya no me pones:
tu hígado, que se ha acabado.
Las joyas, que ya no luces:
tus amigos, que me han robado.
¿Dónde estás?, ya no te veo:
¡las copas que te has tomado!
Los viajes, que prometiste:
el dinero, que no ha llegado.
Al baile, ya no me sacas:
los pasos, que he olvidado.
Cartas, ya no me escribes:
la tinta, que se ha secado.
Al cine, ya no me llevas:
las butacas, que están muy juntas.
Tus ojos, que no me lloran:
la paciencia, que se me ha acabado.
Tus labios, que no me besan:
el amor, que no ha durado.
Los insultos, que aún resuenan:
las hostias que te hube dado.
Tus abrazos, que ya no los siento:
los médicos, me han amputado.
Las noches, que te he esperado:
tiempo desperdiciado.
La alianza, ya no la llevas:
de otra, me he enamorado.
Con amor, ya no me miras:
los ojos, que te he sacado.
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