TRIBULACIÓN
No hace falta decir que debemos resolver nuestros propios conflictos
antes de seguir con el plan establecido.
Que no habrá otra oportunidad de mejorar la situación
y tampoco nadie a quien culpar.
Se nos caerán los mitos antes de empezar y pediremos a gritos una sustitución, primero de ellos,
luego de nosotros.
Mejor que alguien ocupe el puesto, que el destino ya no es nuestro.
Decididos a no colaborar e impelidos por una causa justa
abandonaremos cualquier toma de decisiones sin discusión ni debate.
Dejaremos atrás cualquier referencia, cualquier cuenta.
Más si es la cuenta atrás. Que nada ni nadie indique el ritmo.
No nos marcaremos objetivos ni fecha de inicio.
Menos aún de terminar lo que no ha hecho sino empezar.
Acabaremos con todo, por tanto, dejándolo de lado.
No queriendo con ello que tú estés de nuestro lado,
si el problema es una esfera, ¡qué lado vas a separar!
Dejaremos, entonces, de pensar más en ello. Pues ni nos va la vida,
ni lo contrario.
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