jueves, 8 de marzo de 2012

IN MEMORIAM


IN MEMORIAM


Ahora que ya estoy olvidándolo todo, voy a escribir mis memorias
para no perder detalle de todo cuanto acontece.
Acontece o aconteció, esto no lo tengo claro.
Hoy o ayer qué más da, todo es parte de un todo.

Empezaré por la infancia, que dicen es el principio;
principio de toda vida que aguarda ser completada.
Afirman que fui feliz, y aunque recordarlo no puedo,
diré que es esto cierto: no hay infancia más triste que la infancia que no se vive.
Diré que la viví plenamente. No quisiera yo ser menos.
Esto es lo que me cuentan, creeré porque me conviene:
no hay dolor más grande que recordar una infancia triste.
Que corríamos por las calles en dirección a la escuela.
Que corríamos tras las chicas y ellas de nosotros huían.
Que corríamos al monte con nuestros perros, pájaros, tortugas y gatos.
Que corríamos en bici a la piscina en verano.
Que corríamos corríamos y corríamos porque era lo que mejor sabíamos.
Todo hasta que nos detuvieron:
los profesores la policía las normas el disimulo las tortas la buena educación los curas los vecinos la escuela. El temor al castigo. El chantaje emocional y la intimidación de los mayores.
Desigualdad en fuerzas y medios para ejecutar la amenaza.
Obedecer y aprender. A resignarse y santiguarse. Por si las moscas.
Cuatro esquinitas tiene mi cama y a dormir. Por si las hostias.

La juventud llegó como las malas noticias: pronto y sin avisar.
Sobre ella escribiré lo mínimo, no vayan a recordarme todo lo que hice mal.
No vayan a reprocharme todo lo que pude ser y no fui.
Por pereza por rebelde por informal.
No vayan a reclamarme todo lo que prometí y no cumplí:
por imposible, por soñador y utópico.
En ella pronto nos ataron corto, no fuéramos a liberarnos antes de ser esclavos.
No fuéramos a amotinarnos antes de subir al barco.
Ese que parecía un crucero y resultó una galera.
Tiempo de desengaños y esperanzas rotas.
Algún amor extraño y muchas tortas.
Tiempo de ser mayores con experiencia de niños.
De ser muchas cosas, probarlas todas, perderlas también.
De soñar victorias para encontrar derrotas.
De hablar como héroes y comportarse como cobardes.
De pensar que cambiaríamos el mundo,
y no ver que era éste quien nos cambiaba.

El día que me hice viejo ya era demasiado tarde:
para darme cuenta e intentar remediarlo.
Tantos amigos murieron en el combate que aún me pregunto qué hice para evitarlo.
Cómo esquivé los golpes que da la vida. Las heridas para las que segunda intención no hay.
Por el camino quedaron personas y todas mis cosas. Digo todas porque ninguna se irá conmigo.
Tampoco las personas pero lo obviamos: ofender no queremos. Que nos duela, menos.
A las damas juego con mi memoria porque al ajedrez no puedo. Hay demasiados elementos en juego y hoy tiendo a la simplicidad.
Sólo como las fichas que se dejan porque estrategias no tengo.
Ni tiempo ni ganas.
Es momento de ser niños con experiencia de ancianos.
De ser un contestatario porque hoy no hay mano que se nos levante.
No por ganas, sino porque la ley nos defiende.
Leyes que nosotros votamos.
De viajar de prestado, vivir del cuento que nos contamos:
grandes cosas que no hicimos pero soñamos.
De acumular arrugas en el alma y cicatrices en la piel quebrada.
De añorar y rompernos a pedazos.
Es momento de cagarse en todo y en todos. Primero en uno mismo,
ya vendrá la asistenta a limpiarnos.
Es momento de joder con la muleta la bata el cepillo. Sí, el de los dientes postizos.
De quitarnos lo que nos sobra y quedarnos con lo esencial.
Tan poca cosa que hoy me pregunto para qué luchamos si todo es tan banal.
Si solo vemos lo que flota, que es lo superficial.
Es momento de hacer felices a los niños, para que luego lo olviden.
De aconsejar a los jóvenes, para que no nos escuchen y años después se lamenten.
De recordar lo que no nos duele.
Para lo otro ya habido tiempo: diría que la vida entera.
De engañarnos y creer que para algo valemos. Por ejemplo,
para escribir memorias.

Si hay alguien que nos las vaya dictando.




1 comentario:

  1. este es el que mas me ha gustado de los que he leido hasta ahora, que no son muchos pero como sandra esta leyendo tu libro yo de envidioso leo tus poemas, jajajajaaaaaaaaa.

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