-¿Para qué protegen el grano? ¿De la humedad?
-¡Ja, ja! Mon dieu, no me hagas reír! ¿Humedad? ¿El trigo? Estos granos tan sólo son el vehículo. Lo transportado es polvo de opio.
-¿Cómo que opio? ¿Pero qué dices? ¿Por qué lo sabes? ¿No te estarás equivocando?
-Ε, εσείς! Τι κάνετε εκεί;
Gritos de un marinero griego les advierten de que su presencia no es bienvenida.
-Ya ves que no. Vámonos de aquí, a ese no le gustamos.
Abandonan el escenario de pruebas, paseando se acercan a los candeleros. Ocho metros por debajo un apacible e inmenso azul se extiende plano como una tabla hasta donde alcanza la vista. Apenas roto por la punta Trawler del barco que deja a ambos lados una tímida estela, progresivamente absorbida por el mar según aumenta la distancia.
-Nadie diría que esto anoche era un infierno, ¿verdad?
-Nadie.
-¿Qué tal tu pie? No te veo cojear.
-Mejor. Con todo seco…
© CHRISTOPHE CARO ALCALDE
-Nadie diría que esto anoche era un infierno, ¿verdad?
-Nadie.
-¿Qué tal tu pie? No te veo cojear.
-Mejor. Con todo seco…
© CHRISTOPHE CARO ALCALDE
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