martes, 5 de febrero de 2013

ARTE DE SABIOS




ARTE DE SABIOS


Reunidos están los expertos en torno a su mesa redonda.
Con diez esquinas y múltiples aristas.

En el centro del universo, de ellos,
han expuesto la obra:
muda desnuda presa.
Y aunque contemplada, sin contemplaciones.
Sin cuidados ni miramientos ni tacto ni paños calientes.
Nada de esto importa que la obra es buena y sin sacar un arma
se defiende sola.
Si pudiera hablar a todos callaba que la tienen harta con tantas bobadas.

El crítico de arte sobornado el marchante tramposo el periodista desinformado,
que por una merienda copia al dictado.
El comisario con su dieta con cargo al erario
organiza el encuentro y a todos invita.
El galerista entendido, que redondea los números hasta que cuadren las cuentas:
hay que estirar al alza ese porcentaje pues aquí hay muchos que quieren su parte.
Y la obra es buena pero sólo hay una y no da para tanto.
Se verá si el artista hace otra.
El cliente que atiende y finge que entiende,
si bien es el grupo quien le asesora y explica qué siente.

Claro es que por la obra, él sentir nada siente.
Salvo cómo late y se agota su talonario de cheques.
Nada de rebajas que el artista es bueno y aquí está el negocio.

¿Y el artista?
No está ni se le espera.
Que a nadie importa qué es de su vida:
con un poco de suerte con una soga se ahorca.
Pues no hay mejor artista,
mejor no, valioso,
que el artista enterrado y bien muerto.





© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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