BOTANTES
Y el paleto del pueblo
llegó a presidente.
Bien es cierto que en
aquel pueblo no había otra cosa,
por lo que uno u otro debía
alcanzar tan discutible mención.
En este caso fue él.
Sin más estudios que el
catecismo y la guía comarcal
de pueblos abandonados.
De la que era un gran
conocedor por su propia experiencia empírica:
vivió como niño abandonado
en la mitad de ellos.
Aupado con el voto botante
de centenares de miles
de indecisos cobardes
sumisos
derrotó al adversario por
tres papeles a uno.
Prueba concluyente que aquel
era un país de pueblos
la mitad abandonados la
otra mitad catetos.
Observadores
internacionales aún se preguntan
cómo fue que de los
pueblos vacíos
el paleto consiguió el
cien por cien de los votos.
Unos afirman que fue el
voto botante
otros el espíritu
santo.
Alguno con ideas más
esotéricas:
el voto fantasma de los
fantasmas que aún moran esos pueblos vacíos.
Sea como fuere, el
tarugo más grande de todos los lerdos del reino,
es hoy presidente.
Y rey. Y alteza,
monarca o dios, según pasan los días y el tiempo.
En la próxima cumbre de
los poderosos del mundo
mandatarios de países con
los mejores índices académicos
han propuesto que el
cateto sea apartado del grupo.
Temen que les desplace del
puesto.
© CHRISTOPHE CARO
ALCALDE
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