O´CLOCK
En protocolario acto de
aniversario
conmemorativo en este
caso alegre y para los invitados festivo
hago solemne entrega de
un preciado regalo.
Preciado no por su precio
sino por lo que contiene:
una redonda caja para
calcular los segundos
que separan los actos
que dividen el día y la vida en pedazos.
Con brazalete de piel
para abrazarse a tu piel,
y ambos unidos sepáis
la prisa que se marca el destino:
¿Es ahora o después
cuando interrogar debo y de lo mío qué?
¿Y de mí qué será?, pues
qué fue ya lo sé.
Del regalo no te
tienten las agujas:
no son para pinchar
uvas ni atrapar mariposas ni coser
de otro bebé manoplas.
No te pincharás las
yemas con ellas como quien coge moras.
Ni las venas que no hay
droga más dura que esta de vivir cada día
y con indulgencia
afirmar que controlas
y lo puedes dejar
cuando quieras.
Déjalas que den vueltas
y vueltas a la rueda que lleva el día a la noche.
Que torna la noche día.
Pídele que te pillen
despierta los buenos momentos,
que no pierdas detalle
de cuantas alegrías sucedan.
Que los malos
transcurran en las horas de sueño,
pues los sueños, dicen
que sueños son.
Que no pase un segundo
sin que tú te des cuenta,
y en cada uno puedas
elegir lo que más te convenga.
Que no te dé
martillazos el mazo del tiempo,
y si alguno se escapa,
te pille a cubierto.
En protocolario acto
vengo a entregarte esta caja redonda
llena de agujas ejes y
ruedas.
Confío que para atrapar
el tiempo te sirva,
y que como escudo te
proteja contra la lluvia de flechas
de las horas muertas.
© CHRISTOPHE CARO
ALCALDE
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