lunes, 6 de enero de 2014

PÉTALOS DE PENSAMIENTO, parte LXXXXIX (novela corta alargándose)



Pues si bien en la ruleta de la fortuna ella había perdido su última apuesta y caído en desgracia, como se dice, la educación porte conocimientos y forma de entender la vida con sus oportunidades seguían ahí. El poso de los años bajo la tutela del dinero no había desaparecido con el viento, y la persona creada y el carácter moldeado no se iban a esfumar por mucho que se vistiera de hombre. Uno es lo que se hizo con él en la infancia. Y no hay voluntad terapia tratamiento ni influencia que eso pueda borrar. Es el determinismo de la infancia, pensaba Fausto.


-De acuerdo, tengo curiosidad en esos toneles. A ver si hay más trigo especial rebozado.


Caminando por el laberinto de la carga, una miniciudad se extendía hasta la popa sin orden ni planificación aparente. Estrechos pasillos interrumpidos con los tirantes de cuerdas, desvíos, intersecciones y travesías sin salida. Todo sin rótulos de callejeros ni señalización a la vista. Así era fácil desorientarse visualmente, claro que el remolino de la hélice ofrecía una guía inconfundible al perdido con su chapoteo característico.

Muchas de las cajas apenas tenían un número pintado, algunas un rótulo y pocas una inscripción. Probablemente en griego. Ninguno de los dos podía comprender el significado de <> Tampoco importaba porque todo era mentira.



© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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