HIGH SHOOL PARADISE
Se
suspendió la decima edición de antiguos alumnos
del colegio
público Los Sumisos De Nuestro Señor.
El Señor había
muerto tres semanas antes:
habitual
benefactor de rectores, y rectoras,
y
circunstancial proveedor de fondos.
Circunstancialmente
coincidentes con exámenes de fin de curso
del hijo
suyo. Otro tarugo destacable de familia honorable.
De esas que
hacen honor al dinero y por tal son honrados.
Más honra a
mayor cantidad.
De dinero
qué otra cosa.
Pero la décima
edición no se suspendió por la muerte de El Señor:
le olvidaron
todos cuando él se tuvo que olvidar de los fondos.
No llegaron
los sobornos a tiempo y los últimos contratos de obras,
con la administración
pública impúdicamente administrada,
se
adjudicaron a mejor postor:
mejor proveedor
de detalles gestos y regalos diversos todos off the record.
Sin soborno
no hay contratos sin contratos no empresa
Sin empresa
dinero sin dinero fondos sin fondos favores
Sin favores
suspensos.
El tarugo
volvió donde debía: al cesto de leña.
La décima
edición no fue posible por falta de aforo:
tan antiguos
los antiguos alumnos que fueron muriendo todos.
Nadie quedó
para dar aviso.
© CHRISTOPHE CARO ALCALDE
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